—Iré directo al punto más importante, reina Sarah —dice el rey Zander —lo único que puedo decirte es que, si querías matar a tu medio hermano debiste hacerlo cuando era pequeño con tus propias manos, o contratar a alguien que hiciera un trabajo efectivo, porque lo único que lograste al dejarlo con vida fue un enemigo que desea verte muerta. » Tus métodos tan poco efectivos solo crearon a tu verdugo —prosigue el rey —. Conrad también morirá, pero juzgando por cómo te veía, no te matará tan fácilmente, él se tomará su tiempo, así como yo hice con la esposa de mi padre, la madre del príncipe Drystan —explica Zander reclinándose en su silla viendo como Sarah palideció dos tonos. —¡Entonces ayúdenme a acabar con él! —exclama Sarah aterrada —nunca pude atreverme a matarlo... yo... yo solo bus