Cuando la reina Sarah se fue, Noah se acercó a su hermano, pero este lo que hizo fue buscar un lugar para sentarse, se fue un rincón y se sentó ahí en el suelo mientras se llevaba ambas manos a su cabello, se veía bastante aturdido a simple vista, tenía que calmarse porque en ese instante su cuerpo temblaba de la rabia. —Karl, ayúdame a servir la comida, preparemos la mesa, y después nos iremos a ver a los guardias —dice Noah sin tocar el tema de Sarah porque sentía que no había nada más que decir. Karl alzó su mirada hacia su hermano y lo que hizo fue asentir con la cabeza viendo esa mano que Noah le estaba extendiendo para ayudarlo a levantar. Cuando los dos estaban juntos, Noah pudo sentir el aroma a sexo en su hermano, seguido de la esencia de Leah impregnado en él. Al darse cuenta d