«Tengo que enseñarle a hablar mejor con otros alfas» piensa Noah llevándose una mano a su boca con disimulo. —Mi hermano y yo —ese fue Karl, hablando frente a esos hombres sin un ápice de temor o nerviosismo —, aunque tenemos sangre real, en este momento no merecemos ninguna reverencia, en nuestra situación actual ustedes valen más que nosotros, incluso muertos su carne sería más valiosa que la de mi hermano, y la mía principalmente —explica Karl sacándose la camisa de su pantalón y luego se la quita —. Yo soy un esclavo, estoy marcado, seguramente reconocerán esta marca —explica Karl yendo al grano mostrándoles su marca a esos hombres que por supuesto, reconocieron la inicial de la manada Hunt. —Aceptamos nuestra herencia de sangre —dice esta vez Noah, entrando en aquel improvisado disc