Eran exactamente las ocho de la noche y el palacio real de Gavril se encontraba de fiesta. El sonido de la música de fondo, y los candelabros de araña resplandecían con toda esa cantidad de velas encendidas logrando que el gran salón estuviera más radiante que nunca. Los invitados estaban comenzando a llegar y se contaba que la celebración por la venida del rey Zander y la reina Esther durara hasta el amanecer. El salón principal de fiesta se encontraba adornado con plantas verdes y orquídeas que eran utilizadas en el reino para denotar felicidad y celebración. Poco a poco el lugar se iba llenando y para ese momento, los tres hijos del rey ya se encontraban presentes en el gran salón hablando con todos los nobles que estaban llegando. Leah acompañaba a su madre Victoria, ella hablaba con