El rey Zander se fue de la arena caminando hacia el área donde se encontraba una larga banca, ahí estaba sentado su hijo Arthur con otros más. El alfa se dejó caer sobre aquella banca de madera, y mientras cruzaba sus brazos, soltó un suspiro que denotaba cansancio. —Veamos esta pelea, he de asumir que será interesante —dice Zander a su hijo que, se acercó susurrándole: —No será muy justa —murmura Arthur viendo como su hijo Sebastien y Karl ya estaban rodeándose, como si estuvieran analizando quien atacaría primero —Sebastien sabe cómo sostener una espada desde que tenía cinco años, es un tríbido, en cambio el hermano de Noah... —el rey se detiene frunciendo sus labios, porque no deseaba decir algo demasiado cruel —. Míralo, está sujetando esa hacha como si fuera un martillo. Su técnica