Capítulo 5

1524 Words
—¿Ayuda Alpha con el entrenamiento? —pregunto a Jasmine. —Sí, él viene todos los días para ayudarnos a entrenar. El entrenamiento es obligatorio sin importar la edad o el género —observo cómo Angie, la chica que Jasmine me dijo que evitará, corre por el campo hacia el Alpha, aferrándose a él como una sanguijuela. —Sí, Angie está enamorada del Alpha. Parece pensar que él la elegirá como su compañera —dice Jasmine y asiento con la cabeza. Por alguna razón, verla aferrarse a él me molesta un poco, pero lo aparto, volviendo mi atención a mi almuerzo. No quiero problemas con ella, especialmente si es tan mala como dice Jasmine. —¿Cuántos años tiene el Alpha? —pregunto, parece bastante joven en comparación con mi último Alpha, que tiene cincuenta años. —Veinticinco. Es un buen Alpha, estricto pero justo. Mucho mejor que su padre, que era un completo idiota y más bien un dictador —muerdo mi sándwich, observando cómo se preparan los equipos. —¿Entonces él tomó el liderazgo de la Manada cuando su padre renunció? —pregunto. Jasmine niega con la cabeza. —No, Alpha Ezra lo mató y tomó el control cuando tenía diecisiete años. Pienso en sus palabras por un minuto. Pensar que el Alpha pudo derrocar a su padre de esa manera a los diecisiete años. ¿Qué pasaba por su mente?  —Vaya, a muchos no les gustaría responder a un joven de diecisiete años —bromeo, pero ella niega con la cabeza. —No, todos se alegraron de que Alpha Dean fuera derrocado. Era cruel. Las mujeres ni siquiera podían entrenar en ese entonces, él las trataba como animales y solía matar a cualquiera que se saliera de la línea, incluso mató a su propia compañera y a su elegida —dice, haciéndome sentir enferma con sus palabras. Matar a tu compañera podría enloquecer a tu lobo. Era casi imposible hacerlo, aunque he oído historias de algunos siendo rechazados y tomando compañeros elegidos, sin embargo, era la primera vez que escuchaba de alguien matando a su compañera. —Es terrible —le digo y ella asiente, metiendo una uva en su boca. —Sí, todos lo odiaban. Las cosas cambiaron después de que el Alpha tomara el control. Se aseguró de que las mujeres pudieran entrenar para protegerse mejor. Tal vez por eso aceptó tan rápido que tu familia se una a nuestra Manada. Tu madre será una ventaja y tu padre, dado que tiene genes de Beta — asiento con la cabeza creyendo que ella tiene razón, si odia a la Manada de Jackson tanto como dice. —Tal vez —le digo justo cuando Alpha Ezra mira en nuestra dirección. Bajo la cabeza y agradezco cuando las campanas de la escuela suenan, señalando el final del almuerzo. Jasmine y yo regresamos a nuestros casilleros y tomamos nuestra ropa de gimnasia. Dirigiéndonos a los baños, nos cambiamos rápidamente las camisetas polo rojas y los pantalones cortos negros antes de dirigirnos al campo donde organizaron las cosas anteriormente. Alpha Ezra y mi madre están hablando con algunos profesores antes de que caiga el silencio sobre todos y la gente se vaya a sus grupos designados. Sigo a Jasmine hasta nuestro grupo de edad y me sorprende un poco ver que Alpha Ezra se acerca a nosotros. Jasmine le sonríe cuando se acerca. —Hola, Alpha —le dice, saludándolo brevemente mientras se estira. —Hola Jasmine, puedes descansar hoy, Kat. De esa manera, puedes ver cómo se hacen las cosas si quieres —dice, y asiento, agradecida de no tener que entrenar de inmediato. —No, ella puede entrenar como todos los demás —corrige mi madre, acercándose por detrás de él. Así que tengo mucho por descansar. ¿Está tratando de que nos descubran? —No tiene que ser así, Shirley, puedo excusarla —dice Alpha Ezra y le suplico a mi madre con la mirada. Mi madre aprieta los labios y no dice nada. —Ven y siéntate en las gradas y mira —me dice Alpha Ezra y lo sigo hasta allí antes de sentarme a su lado. Observo a todos entrenar. Alpha Ezra se levanta varias veces para ayudar a algunos maestros y corregir a algunos estudiantes cuando regresa. Él me mira. —¿Te gusta la escuela hasta ahora? —Está bien —respondo, sin sentirme realmente cómoda a su alrededor. Veo a mi madre mirándome constantemente con nerviosismo, lo que a su vez me pone más nerviosa por su presencia. —¿Entrenas mucho con tu madre? —asiento. El entrenamiento no solo es obligatorio en la escuela en nuestra casa, es casi una maldita religión. Sin embargo, con la cantidad de entrenamiento que hay en esta escuela, espero que me deje descansar en casa. En nuestro antiguo grupo, el entrenamiento era solo dos veces a la semana, aquí es diario, excepto los fines de semana, así que tal vez no sea tan estricta en ese sentido. —Sí, a mamá no le gusta que me pierda el entrenamiento, como puedes ver —le digo, y él asiente. —Bien, puedes descansar hoy y mañana, pero el miércoles empezarás a entrenar con todos los demás —ordena y asiento. Angie se acerca sigilosamente, deteniéndose frente a nosotros y noto la mirada que me dedica. —Deberías entrenar, Angie. Vuelve al campo —exige Ezra. —Solo estaba viendo si puedes venir a ayudarme, Ezra —ella ronronea. Es obvio el enamoramiento que tiene por él y ni siquiera intenta ocultarlo. —Eso es Alpha para ti. Ahora vuelve al campo, Angela —le dice, señalando por dónde vino. Ella me mira, estrechando los ojos antes de marcharse. Sabía que me iba a hacer la vida imposible y ni siquiera le he hablado. —Bueno, mejor vuelvo allí, Kat. Nos vemos —me dice mientras se aleja hacia mi madre, que ahora está regañando a Angie por haberse alejado del campo. Cuando termina el entrenamiento, mi madre me llama. La mirada educada, pero amenazante en su rostro me dice que está molesta por algo y trata de que nadie más lo note. Cuando llego junto a ella, agarra mi brazo, llevándome aparte y lejos de oídos indiscretos. —Para alguien que se supone que debe pasar desapercibida, pareces estar llamando la atención del Alpha. Kat, hablamos de esto.Debes mantenerte alejada de él y de su Beta. No podemos permitir que la gente se entere aún —me regaña. —Bueno, tal vez si les dijeras, no tendría que esconderme —le respondo con sarcasmo. —Y no es como si lo hubiera buscado. Él se me acercó. —Actitud, jovencita. No permitiré la falta de respeto —gruñe, y ruedo los ojos, arrepintiéndome al instante. —Katya, aunque seas mi hija, eso no significa que puedas salirte con la tuya, ahora diez vueltas al campo —ordena. —¿Qué? Vamos, mamá, no puedes estar hablando en serio —discuto cuando su aroma a sándalo me golpea. Alpha Ezra se acerca por detrás de mí y se detiene a mi lado. Obviamente vio nuestra disputa, lo que hace que toda esta situación sea aún más embarazosa. —¿Todo en orden? —pregunta a mi madre. Ella inclina la cabeza en señal de respeto antes de mirarme con furia. —Sí, Alpha, estará bien. Ahora ve, Katya —me dice, señalando el borde del campo. Me quito la sudadera y se la lanzo. No puede estar jodiendo en serio. ¿Por qué se comportaba así? Mi madre gruñe, atrapando mi sudadera y señalando el borde del campo. —Esto es una estupidez —murmuro, alejándome a paso firme. —Haz veinte —exclama. Gruño, pero me dirijo al borde del campo, maldiciendo su nombre frente a la diosa de la luna. —Continúa, Kat, y serán treinta. Ahora empieza a correr —ruedo los ojos y empiezo a dar vueltas mientras ella grita, soplando su maldito silbato. Jasmine hace un par de vueltas conmigo antes de cansarse y sentarse. Mis piernas arden cuando termino quince y mis pulmones sienten que están a punto de explotar. Deteniéndome, apoyo mis manos en mis rodillas tratando de recuperar el aliento, mi madre sopla su silbato, llamando mi atención, y la miro, empapada de sudor e incluso mi camisa se pega a mí. —Cinco más, Kat. —Cinco más, Katya —imito en voz baja, mientras le lanzo una mirada asesina a mi madre. Me quito la camiseta empapada y la tiro en el césped, dejándome solo con mi sujetador deportivo n***o. —¿Quieres que añada más? —mi madre grita. Niego con la cabeza y continúo corriendo alrededor del ovalo. Mientras paso junto a las gradas, noto que Alpha Ezra todavía está aquí y me está mirando. Un malestar me recorre la espina dorsal. Algo lo ha enfadado y apuesto a que sé cuál es la respuesta. Lo que siempre parecía ser la respuesta en mi mundo. Yo. Me pregunto si se dio cuenta de que no tengo lobo y soy inútil para la Manada.
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