Ninguno de los dos dice nada, pero me hace preguntarme qué tan grave es esta amenaza de Jackson para que estén tomando tantas precauciones.
—No voy a ir a la escuela contigo. Ya tengo suficientes problemas sin ninguno de ustedes dos.
Angie me arrancará los ojos. —Me estremezco ante esa idea. Hago una pausa y señalo a Mateo. —Y tú, no podré hacer ningún trabajo contigo y tu constante comentario.
—Angie no será un problema, ella sabe su lugar ahora —me asegura Ezra.
—Sí, lo sabe, detrás de mí, para apuñalarme por la espalda cuando no estoy mirando. Esa chica está esperando la oportunidad de atacar de nuevo —respondo con desdén, cruzando los brazos sobre el pecho.
Puede que se haya disculpado, pero eso no significa que confíe en ella.
—Entonces, iré a tus clases —ofrece Ezra.
—¿Qué? No
