Una vez que vuelvo a mi habitación, me cambio a mi propia ropa antes de bajar las escaleras. Realmente quiero ir a casa y agarrar algunas cosas, como mi cuaderno de bocetos y el libro que estoy leyendo. Poniéndome los zapatos, camino hacia la cómoda, tomo una goma para el cabello del cajón y me hago una cola de caballo. Algo rojo en el espejo llama mi atención. Aparto mi cabello y estudio la marca roja y morada en mi cuello. Es enorme. Me sonrojo y pongo una mano sobre ella. Ezra me dejó un gigantesco chupetón a la vista, donde todo el mundo puede verlo. Tomo la goma para el cabello y la quito, dejando que mi cabello caiga hasta mis hombros. No más colas de caballo por un tiempo. Quién sabe cuánto tiempo tendría que vivir con esa horrible marca en mí. Genial, ahora necesito corrector pa