La primera semana pasó volando. Edward estaba descontrolado, Anais había dado un cambio de 360° aquella noche y fue un shock para él ver que su insípida y aburrida mujer salía a divertirse y llegaba tarde. La cafetería funcionaba como siempre, aún con las crisis de sus propietarios. Mi turno acabó y no tuve más remedio que dirigirme a la casa. El día era lindo y decidí hacer una larga caminata. Al llegar vi el coche de Edward estacionado, suspiré y caminé hasta mi espacio, gracias al cielo por la entrada independiente. Me encanta Daddy, su forma de ser, su carisma, su desempeño s****l y su maldito trozo de carne, pero este tiempo me a permitido comprender que, a veces, debemos soltar. Y ya era hora de soltar a Daddy. Por suerte quedaban tres semanas más para irme a estudiar y salir de