Capítulo 4A Linka, como esperaba Michael, todo aquello le pareció algo increíble. Lo que debemos hacer— dijo— es pensar en algo que ofrecerle a Lady Sarah y creo que ya lo tengo. —No lo dudo— bromeó Michael. —Estuve revisando las pinturas esta mañana después de que te fuiste— explicó Linka—, y encontré una que me pareció ciertamente atractiva, pero que no creo tenga mucho valor. Calló repentinamente y corrió en su busca, dejando a Michael sonriendo. «Es divertido», pensó, «contar las cosas a Linka, porque en seguida se entusiasma». Lo que sucediera aquella mañana era, sin duda, fantástico. Y Linka regresó con un cuadro, no muy grande en las manos. Cuando Michael lo vio, inmediatamente advirtió que se trataba de una pintura de tres caballos, muy bien realizada. —Es de un artista de