ARYA. Pasaron varias semanas desde mi salida con Ryan a cascada La Luna, esa tarde noche fue mágica, no puedo creer que me haya llevado a su lugar favorito, fue tan lindo conmigo. Después de esa cita, vinieron, más citas, me llevó por helados, a plazas, también al cine, ah, claro me llevo a la cafetería donde trabaja Sander, esa vez fuimos por un café extraño, ¿no? esa vez sí me sorprendió, no creí que pudiese ser inmaduro en ocasiones. — ¿Qué les puedo servir? – preguntó Sander educadamente. — Cafés, por eso trabajas aquí, ¿no? – responde Ryan, lo miro mal. — ¡Oye! No le hables así. –lo reprendí. – San, me traes un helado en copa con cobertura de chocolate, por favor. — ¿San? – pregunta Ryan enojado. — Claro, querida. – me guiña el ojo. — ¿Querida? – repite más enojado. — Alpha, t