— ¿Sí?
— Soy Ryan Castillo, creo que jamás me presenté. – se rasca un poco el cabello, ¿está nervioso? No, imposible.
— Sí, sé quién eres, eres el grosero que me dejó con la mano extendida el primer día de clases a la cual asistí. – enarco una ceja.
— Estaba de malas. – se encoge de hombros.
— Que yo sepa no tenía nada que ver en eso, ni te conozco.
— Somos equipo, debemos acordar cosas…
— Aaamm, dame tu número telefónico, luego coordinamos horario, ahora debo irme o llegaré tarde. – trato de desbloquear mi celular, pero él me pasa el suyo.
— Anota el tuyo aquí, será más rápido.
Temblorosa lo tomo, es de los más caros, claro, niño rico de mierda, cuidando no arañar siquiera su celular, tecleo mi número en él y lo guardo con el nombre de Arya, se lo tiendo, se remoja los labios mientras lo toma con cuidado, okey, esto se está poniendo incómodo, ¡sal corriendo!
— Espero el mensaje, ahora me voy. – intento pasar por su lado y me detiene del brazo.
— Espera, ¿tienes con quién ir?
— Eso no debe preocuparte.
— Te llevaré a casa, así podemos ir hablando más del trabajo, no quiero hacerlo a las apuradas.
— ¿Me sueltas? – miro su agarre y pronto me suelta.
— Lo, lo siento, vamos. – esperen, este no es igual al que la vez pasada me llamaba rubita, ¿tendrá bipolaridad?
Camino sin prestarle mucha atención, llego a la salida del instituto y ya no está casi nadie, el cielo está gris y yo debo buscar un bendito taxi.
— Vamos. – agarra mi mano y me lleva hacia un auto blanco.
— A ¿dónde? Oye suéltame, debo ir a mi casa.
— Te llevaré.
— No quiero.
— Lo haré de todos modos, tu chofer de siempre no está.
— ¿Chofer de siempre? – susurro.
— Sí, Stone. – dice entre dientes, arrugo el entrecejo y eso ¿qué mierdas le importa a él?
— Mira, Castillo. – me suelto al llegar a un costado del auto. – Yo me iré a buscar un taxi, no es necesario que me lleves ningún lado, pues no te conozco, no quiero aparecer en las noticias donde digan que morí por creer en desconocidos. – ríe a carcajadas, su risa es tan masculina, se lleva la mano al cabello desordenándolo un poco más.
— Ves mucha ficción, rubita. – okey ya regresó el odioso.
— No me digas así.
— No lo haré si me dejas llevarte. – se encoge de hombros, observo mi alrededor, ¿qué puedo perder?
No tienes nada que perder
Oh, no, esa voz de nuevo.
— Está bien. – resoplo, me abre la puerta del copiloto y subo, él rodea el auto mientras me abrocho el cinturón de seguridad.
— Buena elección. – arranca el auto y lo pone en marcha.
Mi celular no deja de vibrar, ¡los chicos! Lo olvidé. Desbloqueo el celular y rápido voy a mi mensajería.
PALABRAS SILENCIADAS.
Lexia: Arya, ya dinos quiénes son nuestro grupo.
Sander: Sí, imagino que anotaste todo, ¿no?
Kenner: Arya, ¡escribe!
Lexia: Creo que le sucedió algo.
Lexia: Arya… Regresa, necesitamos saber cuál es nuestro equipo.
Kenner: ¿Quieres que regrese por ti?
Sander: Me dirán qué sucede aquí o se supone que yo debo ¿adivinar? (Emoji pensativo)
Lexia: ARYA, ¿puedes por favor responder?
Arya: Disculpen es que estaba buscando un taxi para ir a casa, el tema como les dije es hacer una biografía de un compañero.
Kenner: Sí estas de camino a casa está todo bien.
Sander: Entendimos esa parte.
— Arya, por ¿dónde? – pregunta, volteo a verlo de perfil, sus rasgos masculinos me están haciendo fantasear, mierda.
— Aaamm, por esa calle. – señalo el camino, es que no me conozco el nombre
Arya: La profesora hizo los dúos por medio de un sorteo.
Kenner: Oh, carajo.
Lexia: Estamos perdidos.
Arya: Anoté los nombres de sus dúos. La entrega será el próximo viernes, lo quiere detallado y bien rellenado.
Sander: Te gusta darle emoción al tema, ¿cierto?
No puedo evitar reír ante sus mensajes son divertidos, en fin, son los mejores amigos que pude tener aquí
¿Con quién ríes tan amenamente?
— ¿Dijiste algo? – volteo unos segundo hacia Ryan.
— No, no dije nada. – responde desinteresado, ¿me estaré volviendo loca?
Sí es por mí, no hay problema.
¿Sabes? Haré como si no existes, no voy a volverme loca, la, la, la, la…
JAJAJA lo veremos, cielo.
Pongo los ojos en blanco y continúo viendo los mensajes del grupo.
Kenner: Me encantaría que respondieras rápido.
Sander: X2
Lexia: no sean amargados. Arya, querida, dinos nuestros dúos, no creo que sea el fin del mundo.
Arya: Pues bien, los dúos son los siguientes. Kenner Stone es con Sander Rodríguez.
Kenner: ¡¿QUÉ!? Es broma, ¿cierto?
Sander: No es gracioso.
Arya: Pues son un dúo, punto.
Lexia: JAJAJA, eso les pasa por mierdas.
Kenner: Sí sabes que existe el karma, ¿cierto?
Arya: El dúo de Lexia Ledesma es Luka Torres.
Lexia: (Emoji de paralizado)
Sander: JAJAJAJA ahora ¿quién es el que ríe?
Lexia: Diosa Luna, ¿por qué me odias?
Kenner: Vaya, eso sí que no me lo esperaba.
Arya: ¿Me explican?
Sander: Lo hablamos mañana en la cafetería, yo invito al terminar mi turno
Kenner: ¿Quién es tu dúo, Arya?
Arya: La rara del grupo salió.
Sander: JAJAJA. Anda, escribe.
— Arya, llegamos. – dice Ryan, levanto la mirada y en efecto hemos llegado.
— Gracias. – respondo desabrochando el cinturón de seguridad.
— Por nada yo… – lo interrumpe el sonido de su celular y toma la llamada. – Dime, es mejor que sea importante. – arruga el entre cejo. – Ya voy.
— Nos vemos. – digo tratando de salir lo más rápido que pueda.
— Espera. – me detiene del brazo y quedamos muy cerca del rostro del otro, casi puedo respirar su aliento, sus ojos oscuros chocan con los grises de los míos.
— Qué… ¿qué sucede? – tartamudeo, él coloca un mechón de cabello detrás de oreja y se remoja los labios.
— Solo quería despedirme. – susurra y se acerca a mi rostro, abro más los ojos de lo sorprendida que estoy.
Ni se te ocurra besarme, no, no, no. Como sí pudiese leer mi mente sonríe de lado haciendo que trague grueso, se desvía y besa una de mis mejillas tan lento que siento todas mis palpitaciones corporales, ¿qué es esto?
— Yo…
— Adiós, rubita. – y lo arruinó, ¡hombres! Arrugo el entrecejo y lo empujo.
— ¡Que no me digas rubita! ¡carajo! – me apresuro a salir y cierro de un portazo sin importarme si rompo su auto de caja de cereal, su risa es todo lo que escucho mientras desaparece su vehículo por el camino.
Subo los escalones para entrar a la casa, mi abuela me espera, pero como llegué tarde ya no fui al bosque, porque ella ya debía irse. Subo a mi habitación y vuelvo a mensajería.
PALABRAS SILENCIADAS.
Kenner: Arya, responde, tú sabes nuestros dúos, justo es que nos digas el tuyo.
Lexia: Pero, lo sabe porque no faltó a clases como nosotros.
Sander: Shhh, calla, deja que nos diga.
Kenner: De todos modos lo sabremos cuando la veamos mañana o cuando sea lunes.
Lexia: Acaso tu dúo es tan feo que no quieres que sepamos ¿quién es?
Sander: Noooooo, eso sería como ver a la princesa y el ogro.
Lexia: Es la princesa y el sapo, idiota.
Sander: El hombre sigue siendo feo.
Me río negando con la cabeza, están locos. Pero, no, no es feo el condenado, por desgracia, es un chico bastante guapo.
Kenner: Arya, ¿nos obligarás a descubrir?
Arya: Acabo de llegar a casa, impacientes.
Lexia: Dinos el nombre de tu dúo.
Sander: SÍ, deja las emociones.
Arya: Pues no estoy muy emocionada que digamos.
Kenner: Esperando respuestas…
Arya: Mi dúo es Ryan Castillo.
Lexia: AAAAAAAAHHHHHH
Lexia: Te tocó con nuestro Alpha.
Sander: Eso es bastante nuevo, a él siempre lo agrupan con Britana.
Lexia: Cierto.
Kenner: Sin palabras.
Arya: ¿Tan malo?
Kenner: Digamos que hacerlo sola te hubiese convenido más.
Sander: Bueno, yo mejor no opino.
Lexia: Arya y el Alpha. (Emoji coqueto)
Arya: Chicos, nos vemos mañana, debo hacer algunas cosas.
Sander: Todos en la cafetería al finalizar mi turno, las 2pm
Lexia: Más vale que invites.
Kenner: Esperemos no morir intoxicados.
Sander: Hasta mañana, Arya.
Suspiro negando con la cabeza, ¿qué es lo peor que puede llegar a suceder? Solo es un trabajo, solo debo hacer la bendita biografía, entregarla y eso será todo. Ryan Castillo es… misterioso, si-empre anda de n***o como si estuviera de luto o esa fuera el color de su alma, me confunde, es decir, yo ya pensaba que él era “el hombre de n***o”, pero, su actitud en clase… ¿parecía nervioso? Fue amable y luego parecía loco y al final, un patán, y luego dicen que las complicadas somos las mujeres.
Teniendo en mente mi cómoda cama para dormir de una vez e ir mañana al bosque por las hierbas esas, es que me acerco y antes de dejar de lado el celular me llega una notificación de mensajería.
Desconocido: Hola.
Arrugo el entrecejo, ¿hola? Y este, ¿de dónde salió? Esperen… seguro es él.
Arya: ¿Ryan?
Desconocido: El mismo, rubita. (Emoji sonriente)
Arya: Ya.
Arya: ¿Qué quieres?
Desconocido: Coordinar cómo haremos para hacer la tarea.
Arya: Ya, podemos hablarlo el lunes en el descanso.
Desconocido: No. Hablemos de ello mañana, en la cafetería de la ciudad.
Arya: Mañana no puedo.
De hecho si puedo, pero no quiero verte, eres irritante cuando eres un idiota y las veces que eres gentil es una vez al año, pongo los ojos en blanco, vamos Arya, es un trabajo, mientras más rápido lo hagas, más rápido te desharás de él.
Arya: Pensándolo bien, sí, mañana en la cafetería estará bien, pero, será por la tarde.
Desconocido: Que sea por la mañana
Arya: Te estoy diciendo que puedo por la tarde, a las 5 pm. Si puedes bien y si no, pues acordamos el lunes.
Ya no obtengo respuesta, me ha dejado en visto, abro la boca indignada, ¡me ha dejado en visto!, ¿a mí? Suspiro tratando de sacar mi frustración y niego con la cabeza, ¿qué me importa que me deje en visto? Bloqueo el celular y me acuesto a dormir, esto no tiene por qué afectar mis horas de sueño.