Narra Edward: Ante la partida inminente de Faith a su trabajo, no me ha quedado de otra que pasarme por la oficina, así que, tras dejarla, he regresado a casa a ducharme y a prepararme para un día de labor. No es que pueda ignorar mis pendientes eternamente, estoy seguro que habrá un montón de trabajo esperando por mí, pero al ser el director de la empresa ante la ausencia de mi padre, puedo darme algunos lujos y jugar con el tiempo. Además, pensaba que Faith y yo íbamos a poder pasar un par de días más juntos, antes de volver a la realidad, pero mi querida esposa tiene otros planes y no he podido hacerla cambiar de opinión. —Señor Warren, buenos días —me saluda Greta. La formidable señora de edad avanzada que ocupa el escritorio junto a mi puerta, ha sido la asistente de mi padre de