Narra Faith: Las palmas de mis manos sudan como nunca a medida caminamos hacia la recepción. Vestida todavía de novia, me siento como pez fuera del agua. En la fiesta todo parecía medianamente tolerable, puesto que todos iban vestidos de gala y ser el centro de atención es lo que se espera, pero ahora en este hotel, es evidente que nos acabamos de casar y no hay manera de pasar desapercibida. Bueno, creo que hotel es un término vago para describir el lugar, es más un complejo que cuenta con diferentes cabañas ubicadas por toda la costa. Al llegar al mostrador de la recepción, me fijo que ya son casi las diez de la noche y al no haber comido nada en la fiesta, mi cuerpo comienza a quejarse. —Señores Warren, buenas noches y bienvenidos. Felicidades por su matrimonio—saluda el joven detrás