CAPÍTULO SEIS Sin ningún lugar al que correr o donde esconderse, Kevin miró alrededor en busca de algo que pudiera usar como arma. Luna ya había agarrado una silla y la sujetaba como si pudiera usarla como un garrote. Chloe sencillamente parecía preparada para escapar, quizás con la esperanza que lo que fuera que saliera de las puertas del ascensor que se estaban abriendo, estaría tan ocupado atacando a Luna que ella podría escapar. Una silueta robusta con una camisa de colores vivos salió del ascensor, vociferando a plena voz, con un palo de golf en las manos. Luna respondió gritando y avanzando con su silla. —Espera, ¿eres tú, Kevin? —dijo Phil, dando un salto hacia atrás justo a tiempo para evitar un golpe de silla. —¿Phil? —dijo Kevin. Los controlados normalmente no hablaban, pero