Había llegado la noche, ya Elizabeth había sido dada de alta, de regreso a casa ni ella ni Alicia, mencionaron una sola palabra de lo que había pasado. Camilo quien fue el encargado de llevarlas de regreso a la mansión, estaba un poco pensativo, ya que sospechaba que algo estaba pasando. Como Alberto se había quedado preocupado por el estado de salud de Elizabeth, al terminar su consulta, decidió ir a verla a la mansión. —Señora Elizabeth, tiene una visita. — Ella palideció, ya que se había imaginado que podía ser Gabriel, a lo que enseguida respondió: —Si es Gabriel, dile que se vaya, a él es al último que quiero ver en este momento. —No señora Elizabeth, no se trata del señor Gabriel, es el doctor Dávila. —¿El doctor Dávila está aquí? Por favor dile que enseguida estoy con él.