Pov Arturo Abad Rocamonte
- ¿Eres estúpido o que tienes? ¿cómo pudiste asignar a un arquitecto recién egresado y sin experiencia como el encargado del proyecto de la plaza Antara? ¿Qué tienes en la cabeza Roberto? No te das cuenta, este error puede hundir la empresa familiar – le grité totalmente cabreado, sentía como mi sangre hervía, tenía tantas ganas de desquitarme con mi hermano.
La plaza Antara era uno de los proyectos más grandes y prometedores que teníamos en varios meses, cuando Roberto insistió en ser él quien se encargará del proyecto, quise confiar en él, porque siempre me reclama que no es nadie en la empresa, pero con esto jamás volveré a dejar que se encargue de tal cosa, ahora casi estamos refundidos por su culpa.
Caminaba de un lado a otro, masajeándome la sien, acababa de llegar de un viaje importante de negocios y enterarme que se señalaba de negligencia el proyecto de plaza Antara y por ende responsable de la muerte de cuatro trabajadores. Esto me removió todo por completo, eran millones y millones perdidos que tendríamos que reponer.
- ¿Ahora sí es la empresa familiar? – pregunto mi hermano con sorna, lo miré con furia.
Me abalancé sobre él, apretando con fuerza el cuello de su camisa.
- Ahora no estoy de humor para tus bromas de mal gusto – lo empuje con toda mi irá, Roberto casi pierde el equilibrio. Su mirada se volvió oscura.
Mi asistente Sam sólo se limitaba a ver desde la distancia.
- ¿Por qué no culpamos al arquitecto Alcázar? De todos modos, ya está muerto – dijo con media sonrisa, a veces me preguntaba si en verdad éramos familia o por qué era tan tonto. Aunque pensándolo bien, no era tan mala idea ya mínimo podríamos salvarnos de la mala reputación que se nos avecinaba, no podíamos dejar que se cancelaran los proyectos que ya teníamos agendados para los siguientes meses.
Respiré profundo alzando el rostro y llevándome la mano a la cara, no estaba acostumbrado a hacer este tipo de acciones, esto era más la personalidad de Roberto, pero no podía dejar que Grupo Rocamonte se viniera abajo, no después de todos los años que he invertido trabajando para que sea una de las empresas de construcción más reconocidas de todo el estado y estados vecinos de Nuevo León.
- Lo haremos, pero a mi manera, yo daré la cara por la empresa, por qué soy el director y responsable de todo lo que pase en Grupo Rocamonte… Sam agenda una conferencia de prensa para aclarar toda esta situación, investiga el contacto de los familiares de los empleados incluidos los del Arquitecto Alcázar, hablaré con ellos personalmente, les ofreceré una indemnización que no puedan negar.
- El padre de Alcázar es un empresario muy poderoso en el estado, él fue quien me pidió que contratará a su hijo, lo conozco desde hace algunos años, tal vez yo pueda hablar con ellos.
- Me lleva la… mierda, ¿Acaso crees que un empresario poderoso aceptara que su hijo murió por un accidente en el trabajo? Hablaré con ellos personalmente, tú ya estas calificado por mi como un incompetente – espeté atravesándolo con la mirada, observé como endureció sus facciones, Roberto no era capaz de hacerme frente, estaba atado de manos, por qué si un día se le ocurría hacer algo en mi contra se olvidaría hasta de llevar nuestro apellido.
Salí de su oficina dando un portazo, mi cuerpo estaba tenso y nervioso por dentro, por fuera sabía cómo controlar este tipo de situaciones, aunque nunca esperé que se pudieran suscitar por eso era que exigía demasiado a todos los trabajadores de mi empresa precisamente para que no se cometieran errores de este tipo.
Me encerré en mi oficina para pensar en cómo solucionaría todo esté desastre.
Lo intercomunicador de mi oficina sonó, contesté con desgana.
- ¿Qué pasa? – dije de forma seca a mi secretaria.
- Señor aquí están los padres del arquitecto Alcázar, desean hablar con usted.
- Hazlos pasar – suspiré.
Los señores Alcázar entraron, me puse de pie rápidamente para recibirlos.
- Bienvenidos a Grupo Rocamonte Construcciones señores Alcázar, lamento mucho conocerlos en estas circunstancias, pero créame que estoy investigando las causas del accidente, le puedo asegurar que Grupo Rocamonte no es el responsable – trate de suavizar mi voz lo más posible.
- Eso es lo que usted asegura, tan sólo queremos justicia para nuestro hijo – dijo en tono amargo, la señora Alcázar, podía ver la furia en su mirada.
Se veía que se me dificultaría llegar a un acuerdo que me beneficiará por completo con ellos, me miraban sin intimidación en cambio su mirada fría me decía que estaban acostumbrados a tener este tipo de conversaciones.
- Bien, hablemos sin rodeos, sé que ustedes son empresarios importantes en el estado, comprendo su dolor y es por eso que les pregunto qué es lo que piensan hacer con respecto a su hijo, estoy dispuesto a indemnizarlos como se debe y si es necesario enfrentaré la demanda correspondiente – era mejor hablar directo de una vez.
Nos sentamos sin dejar de mirarnos de forma retadora, deseaba que no llegara el punto en qué tuviera que utilizar amenazas para voltear las cosas a mi favor.
- El día de hoy por la madrugada encontraron a nuestro hijo entre los escombros lo que ayudo es que durante el derrumbe se creó una especie de vacío entre las rocas que lo mantuvieron a salvo estos tres días hasta que lo encontraron - entrecerré los ojos, maldita sea porque no me han avisado – está internado en el mejor hospital privado de la ciudad, tiene varias partes de su cuerpo fracturadas, tuvieron que inducirlo a un coma para que su cuerpo pueda recuperarse, tiene también varios golpes fuertes en la cabeza sin embargo el doctor que lo atiende nos ha dado esperanzas de que podría recuperarse - habló el Sr. Alcázar - sin embargo, nadie se ha enterado que nuestro hijo está vivo porque no queremos que lo hagan - enarqué una ceja.
- ¿Por qué no? - pregunté con intriga inclinándome en el respaldo de mi silla, esto se ponía interesante.
- Queremos que lo den por muerto, usted nos puede ayudar a cambio de no tramitar demanda contra Grupo Rocamonte - moví la cabeza a los lados con sorpresa – nuestro hijo estaba a punto de casarse con una mujer barata que le lavo el cerebro para alejarlo de nosotros, la queremos destruida, usted nos entenderá como nos manejamos los hombres de negocio en este ámbito cuando hay una piedrita en el camino que altera nuestros planes.
Sonreí con ironía.
- Entiendo.
- Esta chica vendrá, la conocemos bien, querrá respuestas, pero mantenga el secreto de que nuestro hijo está vivo, en cuanto el mejore, nos lo llevaremos al extranjero, de la chica nos encargamos nosotros – dijo aquella señora con sonrisa maliciosa.
Esto era mucho más fácil de lo que había pensado si acepto lo que me proponen estas personas ya habré librado un problema menos, me preocuparé y ocuparé de otras cosas cuando Alcázar regresé en sí, me conviene por que en caso de que quieran enfrentarme él tiene todas las de perder.
Sonreí llevando mi mano a la barbilla.
- Esta bien, mantendré el secreto, les doy mi palabra que nadie se enterará que su hijo esta con vida, pero la misma discreción espero de su parte, no se les olvide que la persona que ha sido señalada primero por negligencia ha sido él, aunque aún estoy investigando las causas reales del derrumbe – les advertí, quería que supieran que le esperaba a Alcázar si intentaban algo en mi contra, yo siempre gano, siempre ha sido así.
Me despedí de los Sres. Alcázar esperando no saber nunca más de ellos.