Ana Lago Llegué a mi casa con un amargo sabor en la boca, mientras me ponía el pijama pensaba en Carlos, su semblante era completamente diferente al Carlos que yo había conocido, esperaba que algún día pudiera ser el Carlos alegre de antes, del que un día me había enamorado. Suspiré. Rocé mis labios con los dedos de mi mano, pensando en que hoy Arturo estuvo a punto de besarme si tan sólo el miedo no me hubiera traicionado. El día en que Carlos sería dado de alta era mi día de descanso, no le había prometido acompañarlo y la verdad no tenía muchas ganas hacerlo por que sabía que el sentimiento al verlo dolido me ganaría, suspiré, también era el día de descanso de Lily y Miguel estaba de viaje por que lo enviaron a tomar un diplomado sobre cirugía obstetra, así que este día seríamos sólo