Fingir

2808 Words
A la mañana siguiente, me levanté gracias a la estúpida alarma que tenía mi jefe. Sin dudarlo, entré al baño y me duché. Hice mi rutina mañanera y me coloqué uno de mis trajes a la medida, era uno de color n***o, el cual era bastante ceñido al cuerpo. Tomé mi cabello en una coleta larga y tomé mi bolso de maquillaje. —Buenos días —dijo mi jefe, completamente despeinado. Se veía arrebatadoramente sexy. —Buenos días —respondí, sentándome en la cama para maquillarme. Él por su lado entró al baño y luego de 45 minutos, salió completamente arreglado. —Es hora de irnos —dijo sin mirarme. —Deme unos minutos —comenté, mientras me colocaba un collar de perlas blancas y mis tacones rojos. —Ahora sí vámonos —dije mientras tomaba un bolso pequeño, en donde sólo estaba lo que necesitaba. —Vamos —agregó él, mientras me ofrecía su mano para salir. —¿Con quién es la reunión hoy? —pregunté, mientras salíamos del hotel —Es con unos empresarios nuevos, con los cuales queremos comprar parte de su compañía y quiero la mitad o más de ésta, ya que sorpresa está en niveles bajos —dijo, mientras me ayudaba a subir a un auto que nos esperaba. —Entiendo. —Necesito que en esto te comportes lo mejor conmigo, no podemos llamarnos de usted, recuerda llamarme por mi nombre y así la reunión será más llevadera —dijo mientras hacía muchas cosas en su celular. Fue una media hora de viaje, hasta que llegamos una empresa bastante hermosa. —Harvey, tanto tiempo —dijo un señor de edad avanzada. —Hola Adam, ¿cómo te va? —dijo con una sonrisa la cual nunca había visto, así que me impresionó un poco. —Bueno, no tan mal ahora que visitas mi empresa —dijo riendo—. ¿Y esta hermosura? —dijo mientras me daba un beso en la mejilla bastante prolongado. El viejo este me dañará mi maquillaje con su baba. —Es Sara Johnson —respondió sin decir mucha información. —¿Recuerdas a mi hija? —preguntó Adam, mientras le pedía a una chica que se acercara. Harvey rápidamente posó su mano en mi cintura y no supe la razón, así que solo lo miré. —Aysha, ya te presento a Sara, ella es novia de Harvey. Bueno, eso dicen los periódicos de hoy —dijo el señor, haciendo que dentro de mí tuviera un paro cardíaco. —No sabía, pero es un placer. Nada más te digo que tu novio besa de maravilla —dijo ella con expresión triunfante. —Un placer conocerte, pero qué pena que no pueda decir que él me decía lo mismo de tus besos, es más, para que sepas en secreto de chicas, anoche me confesó que no había probado en su vida unos labios tan sensuales como los míos —dije mientras le daba un guiño. "¡Knock out!", grité para mis adentros. No permitiré que nadie me humille. —Bueno —entremos al desayuno —dijo Adam, mientras Harvey no soltaba mi cintura. —No tenías por qué seguir mintiendo —dijo en mi oído. —No permitiré que ninguna de las perras con la que usted tuvo una aventura, venga a faltarme el respeto —dije en su oído de igual manera. —Tórtolos, es de mala educación hablar en secreto cuando hay más gente —habló Adam riendo. —Me estaba regañando por haberme puesto un traje tan apretado —dije, como si fuera una conversación normal de pareja. —Hombre, no le prohibas cosas porque se irá de tu lado, además, el traje le queda perfecto —comentó, mirándome de pies a cabeza. —Gracias, Adam —dije sonriéndole y ganando un apretón en mi cintura. "Calma tigre", pensé, riéndome en mi interior. Creo que disfrutaré esta reunión más de lo que imaginé. El desayuno la pasé de lo más aburrido, ya que los hombres sólo hablaban del contrato y la Aysha esa no me hablaba para nada. —¿Qué opinas del contrato? —preguntó Harvey cuando estuvimos de vuelta en el hotel. —Está muy bien para nuestra empresa, pero eso sí, debes poner en el contrato cuánto sería tu ganancia anual o mensual —dije sin mirarlo. —¿Cuál es la diferencia? —preguntó mientras se sacaba el saco. —Ven —dije sentándome en el sofá. Entre mis manos tomé el contrato, mientras que con un lápiz le mostraba. —Cuando es anual, puede que ganes menos dinero de lo que te pertenece, mientras que mensual recibirás el dinero neto de las ganancias —expliqué calmada. —¿O sea que en el anual me roban dinero? —Podía ver su rostro lleno de dudas y quería reírme, pero no sería tan mala con él. —No te roban dinero, simplemente después de que se saca lo que se debe pagar al país, te dan lo que sobra, por así decirlo, por lo que es una cifra mucho menor —dije segura de mis palabras. —Pues lo pediremos mensual en la cena de hoy —dijo él y mi boca se abrió con una O de sorpresa. —Pensé que solo tenía que ir a una reunión hoy —dije sincera. —No tenemos que ir a una formal y no te preocupes, mandé a que nos trajeran varios trajes y como eres mi "pareja" —dijo, mientras hacía comillas con sus dedos—, debemos vestirnos iguales, o por lo menos con algo que nos identifica como "pareja" —volvió a hacer lo mismo con sus dedos. —Espero no encontrarme más con sus gatas, señor —dije, volviendo a nuestra formalidad. —No se preocupe, Johnson, que la mayoría de ellas pasaron ya por mi cama. Bueno, por una cama de motel —dijo y me fue inevitable golpearlo. —Poco hombre —dije enojada, mientras me alejaba de él. Odiaba los hombres que trataban a las mujeres como objeto y a pesar de lo que le hizo su ex novia, él no tenía derecho de tratar a las demás como una cosa. No podía hacer nada, así que para no morirme de aburrimiento encendí el televisor, pero no entendí ni una mierda, así que poco a poco el cansancio me ganó. ** —No me gusta —dije, mientras una señora me subía el traje —No, quiero este —dije como una niña pequeña. —Me gusta este —dije mientras me lo comenzaba a poner. Era un traje rojo muy ceñido al cuerpo y con una apertura en toda mi espalda, por lo cual tenía un parcho en mis senos, para que nada se notara. Decidí dejar mi cabello medio recogido en la parte de enfrente, pero suelto en la parte de atrás. La señora me maquillo de acuerdo al vestido. En mis labios, según ella, me puso un labial el cual si besaba a alguien, no se correría, por lo cual no tenía por qué retocarlo. —¿Y con la grasa de la comida se sale? —pregunté, ya que era lo más cerca de lo que mis labios estarían de un beso. —No —dijo ella riendo. Mis tacones no se veían, así que toda la atención iba a mi vestido. Cuando salí de la habitación, ya Harvey me esperaba con diferentes paños en su mano. Su traje era clásico color n***o. —Rojo, perfecto —dijo, mientras con la ayuda de un chico se cambiaba la corbata y él se ponía un pañuelo pequeño del mismo color. —Vamos —dijo ofreciéndome de nuevo su mano. Ya esto se estaba volviendo costumbre. ** Al llegar a dónde sería la fiesta, me sorprendió que había hasta alfombra roja, en donde muchos fotógrafos esperaban por su mejor presa. Sí, y ese era el ogro de Harvey Norton. Claramente, en cada foto que le hacían me mantenía al margen, ya que solo era su acompañante y no alguien importante como para salir en las fotos. —Señorita, párese al lado de su novio para poder tener una foto de ustedes juntos —dijo uno de los fotógrafos, mientras me tocaba el hombro. —No, gracias —dije sonriendo. —Hermosa, ven —escuché ese tono que tanto detestaba en algunos momentos. Cuando lo miré, ahí estaba él con su cara sin ninguna emoción, mientras pasaba su mano por mi cadera, haciendo que tuviéramos un leve contacto de piel. Mi jefe me hizo posar junto a él en cada foto. Cuándo logramos entrar en donde era la fiesta, él continuaba teniendo nuestra cercanía. —El que está de fondo es uno de los empresarios más importantes en Francia, más te vale que esto salga bien y podamos tener un contrato con él también, así que compórtate —dijo, mientras hacía que camináramos por todo el lugar. —No me hables de esa manera —respondí sonriendo, cuando realmente quería golpearle sus pelotas. —Harvey Norton —alzó la voz un chico enfrente de nosotros, el cual tenía las mismas facciones prepotentes que mi jefe —Edward —dijo serio. —Veo que tienes a una nueva. ¿Cuánto te costó esta vez? —respondió el gilipollas riéndose. —No hables así de mi novia —respondió un Harvey completamente enojado, mientras me colocaba detrás de su cuerpo. —¿A qué no adivinas quién viene conmigo? —comentó al chico, mientras levantaba un poco su ceja derecha—. Sí esa misma, Anastasia —riendo, le ofreció su mano a una chica. —Un placer, soy la ex pareja de Harvey —comentó ella, mientras me ofrecía su mano. —Soy Sara Johnson —dije mientras le sonreía. —No se acerquen a mi novia —comentó Harvey, mientras rompía mi contacto con la chica—. Vamos —dijo, mientras me arrastraba a no sé dónde. —Así que por ella eres así —dije seria. —No es de tu incumbencia —comentó molesto. Al mirar por dónde habíamos entrado, me encontraba en un balcón solitario, así que jugaría todas mis cartas para sacarle información. —¿Qué te hizo? —cuestioné, mientras me soltaba de su agarre. —Te dije que no te metas en este tema —respondió sin mirarme. —¿Te engañó? —pregunté, ignorando su pedido —Dio te ho detto non essere coinvolto nei miei problema personali (Dios, te dije que no te metieras en mis problemas personales) —habló en ese idioma que no entiendo. —No me hables en italiano, porque no le entiendo —dije en un intento de estar calmada—. ¿Qué te gustó de ella? —pregunté, mientras lo miraba los ojos. —Non chiedere nulla (no preguntes nada) —Vuelve el burro arrepentido a hablarme en ese idioma. Claro, cómo sabe que entiendo el inglés, me habla en uno que no entiendo casi nada. —¿Cómo te explico que no te entiendo? —dije, mientras cruzaba mis brazos. —Sei bellissima (Te ves hermosa) —bueno, eso sí lo entendí. —Dices que soy bellísima —comenté más alegre, al saber que entendía algo de todo lo que decía. —Voglio baciarti (Quiero besarte) —bien, ahora no entendí una mierda. —¿Cómo? No entendí —pregunté sincera. Él, como todo león que mira su presa, mantuvo su mirada en mí y se acercó lentamente. —Dije que… —comentó, mientras se acercaba más a mí y pasaba su mano por mi cintura. —No esté tan cerca —dije mientras me separaba de él. —Te quiero besar —dijo sin rodeos, mientras pasaba su mano por mi nuca, haciendo que no tuviera escapatoria al momento en que nuestros labios se encontraron. No negaré que al principio estaba nerviosa, pero después pasé mis manos por su cintura, apretando su chaqueta. Sin previo aviso, mis ojos se cerraron, mientras nuestros labios bailaban a un ritmo diferente. Podía sentir cómo él dejaba pequeñas caricias en mi mejilla. Cuándo nos separamos, pude sentir cómo su mano entraba en contacto con mi espalda. —Dios, tienes tú espalda desnuda —dijo, mientras que con sus dedos hacía círculos, haciendo que mi piel se erizara—. No deberías andar así —dijo mientras me sonreía. —Te recuerdo que fuiste tú quien eligió mi vestido —comenté riéndome. —Sí, pero no sabes cómo me arrepiento, ya que todos te miran —dijo mientras volvía a besarme, mientras que con su mano tomaba mi barbilla. —Uy, pero qué amorosos se encuentran hoy —dijo Adam, apareciendo a nuestro lado. —Disculpe —bajé mi rostro de la vergüenza. —No, tranquila niña, sé cuándo gustas de alguien, no se pueden aguantar y se la pasan así, toda la noche expresando su cariño, pero lamento tener que robarme a tu novio por unos minutos, ya sabes, charlaremos de negocios y no quiero aburrirte —respondió Adam, mientras tomaba a Harvey por su codo. —No, tranquilo —dije, ya que era mejor que nos separaran. —Regreso rápido —dijo el idiota de mi jefe, mientras ambos se iban, dejándome en el balcón sola. —Dios, pero qué frío —abracé mi cuerpo. Me quedé ahí sola unos minutos, hasta que decidí entrar por culpa del maldito frío. —Pero mira a quién veo aquí —comentó esa voz chillona de Anastasia. —Hola —dije sonriéndole. —Harvey no gusta de ti, sólo te tiene para pasar una noche de un buen polvo y ya —dijo ella, riéndose en mi cara. —Tranquila, si es así, me disfrutaré bien la noche y verás que aún seguiremos juntos, además, no será la primera vez que lo hagamos —dije tocando su orgullo. —Así como toda una cualquiera. ¿Ya pasaste por las sábanas de un motel?, porque recuerda que él no lleva nadie a su casa —comentó otra vez, riéndose de mí. —Cariño, te informo que nos pusieron una habitación para una sola persona y claramente, dos personas del sexo opuesto en una habitación, terminarán muy juntos —sonreí y vi su rostro enrojecer de la ira—. No te negaré que a pesar de las bajas temperaturas, hacía demasiado calor dentro y fuera de la habitación —sonreí con victoria, mientras me alejaba de ella. Sé que podía ganarme el odio de muchos por el simple hecho de estar con Harvey aunque era una farsa, pero nadie lo sabía. —Señorita, ¿me permite este baile? —dijo el señor que al principio, Harvey me había notificado que era un empresario importante. —Claro —dije con mi mejor sonrisa. Él me tomó de la mano y caminamos hacia el centro de la pista de baile, el cual estaba desierto, para ser sincera. —¿Así que eres la novia de Harvey Norton, el empresario más importante de Barcelona? —preguntó sonriéndome. —Sí —respondí sin dar más detalle. —Había escuchado que de que eras hermosa, pero déjame decirte que ese término se queda corto a tu lado —dijo, haciendo que me sonrojara. —Gracias —sonreí, mientras sentía que mis mejillas quemaban. Podía sentir cómo todo el mundo tenía sus ojos puestos en nosotros. —Eres el tema de todo el mundo en esta fiesta —dijo mirando a su alrededor. —¿Eso es bueno o malo? —pregunté, realmente nerviosa. —Pues es bueno si viene de los hombres, ya que la mayoría halaga tu belleza, pero si es de la mujeres; muchas están con envidia de que seas el punto de todas las conversaciones —dijo mirándome con sinceridad. —Gracias —le sonreí. Al fin pude ver cómo Harvey salía de no sé dónde y me buscaba con su mirada, hasta que nos encontramos. Podía notar en sus ojos cierta desesperación y miedo, pero no entendí el porqué. Rápidamente él se acercó, interrumpiendo nuestro baile. —Buenas noches, señor —dijo Harvey, dándole la mano con toda la educación que su cuerpo le permitía. —Norton, veo que tiene una novia muy preciosa —dijo el empresario muy sonriente. —Gracias —expresó el aludido, mientras pasaba su mano por mi cintura. —Me gustaría hablar con usted de un negocio —respondió, mientras miraba a Harvey. —¿Ahora o más tarde? —preguntó éste, mientras me abrazaba más a él. —Síganme —dijo el señor, mientras caminábamos entre la gente, con todas las miradas encima. Podía sentir cómo la mano de Harvey se ponía completamente fría en mi espalda. —¿Nervioso? —pregunté en un susurro para que solo él me escuchara, por lo cual se limitó a asentir.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD