Capítulo 56 Ningún arreglo para volver En este país parece haber un eterno verano, el clima, aunque llueva no deja de ser cálido, pero es una calidez agradable, el sol siempre sale de 5:30 a 6:00 de la mañana y a esa hora ya yo me encontraba en pie tomando una ducha, aproximadamente 20 minutos después ya me encontraba vestido con un conjunto deportivo, un poco arrepentido de haberme levantado tan temprano. Salí de la habitación, y en seguida me encontré gratamente sorprendido de ver que ya el personal de manera muy eficiente se había llevado la mitad de los equipos para nuestras oficinas operacionales en el grupo Gruber, saludé a los pocos que quedaban desinstalando la sala de operaciones y me dirigí al despacho, llamé a Reginaldo por teléfono y este apenas se despertó con mi llamada