Capítulo 57
¿Qué demonios tiene esa mujer en la cabeza?
“¿Qué diablos haces aquí recepcionista?”
Le pregunté evidenciando mi enojo, ella, sin decir una palabra, solo me miraba con nerviosismo, sus manos y sus piernas temblaban, al ver esta escena, acerqué más mi arma hacia su cabeza, de esta manera, espero que finalmente comprenda que no soy uno de los hombres con los que acostumbra a jugar y tratar como niños retrasados que caerán a sus pies por una mamada de baja calidad.
Sus piernas ya temblaban con mucha, pero mucha más fuerza, tosió un par de veces intentando aclarar su voz, respiró profundo en un intento fallido por contener sus ya visibles lágrimas y comenzó a hablar con voz suave, como si yo fuera un niño problemático al que necesita manipular
“lo siento amor, supe que estuvi
