El amigo de mi hermano, mi amante ideal.

¿Me ayudas?

Capítulo 3

¿Me ayudas?

Pero de pronto se volvió a alejar solo para abrir mis ojos y verlo mirando con atención por todos lados lo que queda de mi vestido como si estuviera buscando algo muy importante, de pronto se iluminaron esos hermosos ojos verdes que hacían un contraste de belleza con su perfecta piel morena cuando finalmente encontró el cierre oculto de mi vestido, y aunque me hizo mucha gracia ver su rostro mientras me lo bajaba, en medio de mi calentura pensaba, '¿¡Ya para que!? Me has besado, tocado y chupado todo sin quitármelo' finalmente se logró deshacer del cierre oculto y me retiró el vestido con mucho cuidado, sin quitar esa mirada penetrante de mi cuerpo, ¡ahora sé lo que debe sentir un ratoncito al ser encerrado en una jaula con un gato hambriento! Pero ser comida por este gato, en este momento, para mí, será un gran placer…

Así qué… allí estaba yo con la entrepierna totalmente mojada, en pantaletas, dándole gracias a Dios por mis manías de combinar mis vestidos con la ropa interior, y con ese moreno enorme mirándome intensamente mientras se dirigía de nuevo a atacar mis senos con sus labios y mi entrepierna con sus dedos, volvió a hacer su camino de besos por todo mi cuerpo, está vez no había nada que se interpusiera en su camino, sentí sus labios tibios en mi piel y comencé a sentir esa sensación de peligro porque puedo intuir que llegó el momento de perder mi virginidad con este desconocido…

Cuando llegó a mi entrepierna, de nuevo se hizo presente esa sonrisa ladeada que me decía que este hombre sabe bien lo que hace, me quitó las pantaletas vergonzosamente mojadas, y las metió en el bolsillo de su pantalón, creí que se me saldría el corazón por la boca cuando entre sus caricias separó mis piernas y volvió a colocar su cabeza en medio de ellas, esta vez, tenía el camino libre, no había nada que le estorbara ‘demonios, esto es mil veces mejor que todas las veces que me he tocado mirando a Thor’.

Al sentir su lengua lamiéndome de nuevo con avidez, esta vez no pude evitar direccionarlo halando su cabello, sostuve su cabello hasta que sentí que me quemaba por dentro, también sentí que me podía orinar y creí que moriría de vergüenza, justo en el momento en el que pensé que explotaría de nuevo, aquel malvado hombre sacó su cabeza de ese lugar tomando una profunda bocanada de aire, sacó un preservativo de su bolsillo “quítame el pantalón” me dijo, ¡No, me ordenó! Su tono fue tan dominante que no tenía intención de negarme, y en este momento no podía importarme menos, porque estaba más ocupada lidiando con el fuerte temblor de mis manos, de todas maneras, no quería que él lo notara, por lo que me limité a asentir con un movimiento de mí cabeza, abrí el botón, le retire la correa, bajé el cierre, luego el pantalón y finalmente, se lo quité, está fue la primera vez que miraba un m*****o varonil en vivo, directo y tan cerca, pero haberlo acariciado sobre el pantalón hace un rato ya me hacía tener una idea de su tamaño, verlo en este momento ahorcado dentro del bóxer me hizo tragar grueso, aunque no tengo idea de por qué lo hice, sin esperar que me lo pidiera, también le retire el bóxer, él sonrió, me lo quitó de las manos y los tiró en una silla despreocupadamente.

En ese momento miré bien el paquete frente a mí… no solo era tan largo que estaba un poco más arriba de su ombligo, también se veía muy, pero … muy grueso, mis manos temblaron un poco más fuerte, pero, aunque esta vez me pude controlar rápidamente ya él lo había notado, sonrió, supongo que pudo leer mis pensamientos.

“¿Por qué estás tan nerviosa?” me preguntó a sabiendas, hablando muy cerca de mi oído con su voz ronca y sexy, yo negué con la cabeza incapaz de decir ni una sola palabra en este momento, él sonrió, se encogió de hombros, tomó mi mano y la llevó a su realmente enorme m*****o, ‘en ese momento yo comencé a ser creyente de todas las religiones para no desmayarme mirando el tamaño de esa herramienta, estoy pensando que realmente eso no va a caber dentro de mí’ colocó el preservativo en mi otra mano, mientras me miraba con esos ojos verdes llenos de lujuria, yo no sabía que hacer hasta que escuché sus palabras “¿me ayudas?”…

Y allí estaba yo, nerviosa a morir porque es inminente que este hombre me va a comer en este lugar donde nadie me obligo a estar, donde obviamente yo también quiero estar, pero… no tengo ni idea de qué hacer con las dos cosas que tengo en mis manos y esa mirada penetrante clavada directamente en mis ojos realmente no colabora, ¡creo que puede oler mi miedo!

No sé si este enorme moreno de cuerpo demoniaco pudo oler mi miedo, o quizá fue que me tardé demasiado en responderle, ya que me quedé un rato pensando en cómo usar lo que tenía en las manos y en si cabría esa enorme manguera en el preservativo, porque realmente no tenía idea de qué hacer, pero cuando caí en cuenta de que no era el momento de pensar demasiado, él asintió y me regaló una sonrisa, mientras me incentivaba para que continuara acariciando su poderosa herramienta, me quitó el preservativo que me había colocado en la mano y lo destapó con total naturalidad asegurándose de tener toda mi atención puesta en sus demoniacamente sensuales movimientos, después de abrirlo lo colocó en la punta de su m*****o y comenzó a guiar mi mano que ya se encontraba acariciándolo, para que lo ayudara a colocarlo.

¡woooooow! yo que nunca había tocado un m*****o masculino, quedé impresionada al sentir tanta dureza mientras él me hacía colocar la protección con mucha agilidad.

Me impactó muchísimo tener esa herramienta tan grande en mi mano, ya que nunca había imaginado que haría algo como esto.

Yo generalmente no tenía tiempo de pensar en sexo, y cuando podía solo miraba algunas películas, o uno que otro hentai que me distrajera para poder tocarme, debido a que hace un tiempo leí un artículo científico que explicaba que tocarse regularmente y tener orgasmos disminuye el stress, ayudando a aumentar la concentración y productividad, en ese entonces me sentí agradecida con el médico que escribió dicho artículo porque los últimos dos años su técnica me ayudó mucho…