Terminó resoplando, satisfecha a horcajadas sobre su cintura. Tenía las bragas por un lado de lo que debería de cubrir tal prenda y el sostén sobre su torso sin asir ambos senos. Ella estaba convencida que Fred estaba igual que ella, ya complacido con deseos de dormir un poco. Asomó su vista a él, quien la observaba fijamente, atrayéndola sensualmente con su mirada insondable. —¿No me diga que tan pronto se va? Ella respiró profundamente, perdiéndose en sus ojos castaños. No pudo responderle. Sintió que sus manos la apretaron por la cintura, aproximando su torso femenino a su rostro un tanto barbado. Los besos de él la recorrieron desde su garganta hasta el centro de ambos pechos, una vez más. Las cosquillas que percibió su piel, le elevaron los latidos del corazón. —Para mí esto rec