—Por lo visto tenías razón, Jacques, Egan está enamorado de su esposa —la voz de Verónica sonó triste
Jacques le miró con estupor. Luego rio.
—Claro que no, eso es una gran mentira, no creo… —dijo Jacques, su voz sonaba débil, sonaba incrédula
Verónica se acercó a ellos, dejando al hombre solo.
«¿Qué demonios estás planeando, Egan? ¿Acaso has pensado lo mismo que yo? ¿Enamorar a la fea y quitarle el dinero es algo tentador para ti también?», pensó, Jacques sintió miedo, sintió ansiedad al pensar en todo lo que Egan podría tener, y él no.
Verónica los saludó, Grecia se puso incómoda, pero le sonrió, le dio la mano. Verónica también estaba muy nerviosa, no dejaba de mirar a Egan como si esperara algo más, ver en él algo de entusiasmo hacia ella, pero el hombre estaba estoico.
—Verónic
