Grecia miró a los ojos del abogado, él se apuró a abrazarla, parecía un gesto tan genuino.
Ella se quedó parada como estatua.
—¿Cómo sabe que estoy…? —Grecia tocó su cabeza, sintió que hablaba tonterías
—¿Por qué estás aquí? Todo el mundo piensa que estás muerta.
Ella tomó su mano.
—¡No le diga a nadie que estoy viva, ellos quieren matarme! —gritó desesperada
El hombre abrió ojos enormes.
—¡¿Qué?! ¿Quiénes, Grecia?
—Zafiro Montenegro, su amante, Mario Molina, Jacques Silley…
—¡¿Y tu esposo?! ¿Egan Montenegro está con ellos?
Grecia, tenía ojos cubiertos de lágrimas, recordó esa grabación, no podía creerlo, no quería creerlo.
—¡No lo sé, no lo sé! Hable con Román, dígale que venga a verme, ¡tenga piedad!
Julio la miró con dolor.
—Hija —dijo tocando su hombro—. Román está hospit
