Alchemist (Saga Evolución Libro 4)

Capitulo Dos

Roma, Italia.

Una joven de apenas dieciséis años corre desesperadamente por las calles de la ciudad, sus ojos van y vienen buscando un lugar donde ocultarse, buscando alguien que pueda ayudarla y evitar que la encuentren.

Voltea presa del pánico, sus perseguidores parecen haber desaparecido pero no se confía del todo, retrocede con cautela; las altas horas de la madrugada juegan en su contra, nadie puede verla o escucharla pues los ciudadanos descansan en sus hogares ajenos a lo que realmente pasa cuando sus ojos se cierran.

De pronto es sorprendida por detrás, recibe un puñetazo que la lanza lejos hasta caer entre los enormes cestos de desperdicios; un joven camina a ella serio y con un movimiento de manos crea una ráfaga tan fuerte que es capaz de levantarla del suelo y estrellarla contra la pared del edificio más cercano; la italiana no se queda atrás, emite un singular sonido de su boca y en cuestión de segundos una infinita  cantidad de murciélagos los rodean y se lanzan contra su adversario obligándolo a retroceder.

― Date prisa, estás perdiendo el tiempo ― habla una joven detrás de su acompañante.

― Creí que sería entretenido esta vez ― se encoge de hombros el muchacho mientras voltea a verla.

― Valkiria, Bruce,  dejen las estupideces ― la mujer al mando de la operación se aproxima taconeando sonoramente, molesta y con la vista clavada en la adolescente que observa aterrada lo que ocurre ― La quiero muerta, necesito la información que recaudaron.

La fémina nombrada asiente, camina unos pasos delante de todos retorciendo su mano en forma de puño logrando así que una enorme estaca –proveniente de los materiales mismos de la tierra- atraviese el cuerpo de la italiana quitándole la vida en el acto.

― Es capaz de manipular a los animales utilizando sonidos similares a los que ellos usan ― comenta Bruce a su jefa.

― ¿Cómo lo hace? ― voltea a verlo.

― Con su boca, los sonidos provienen de ella ― ladea la cabeza sin terminar de comprender a dónde quiere llegar la mujer.

― Perfecto, quiere decir que el centro de su genoma radica en la garganta y tal vez allí esté formado alguna clase de mecanismo que le permite realizar tales sonidos ― asiente entusiasmada por descubrirlo. ― Lleven el c*****r a mis instalaciones, quiero realizar una autopsia, saber más sobre sus particularidades.

― Hemos cazado varios esta semana ― truena sus dedos Bruce.

― Así, lo han hecho de maravilla, estoy muy orgullosa de ambos  ― sonríe.

― ¿Con qué objeto? ¿Qué desea saber realmente señora? ― Valkiria se acerca a ellos.

― He creado modificados desde hace años, su período de vida es prolongado si se tiene cuidado con su manipulación genética tal y como hice con ustedes ― suspira.

― Usted nos salvó la vida, hubiéramos muerto si no nos hallaba ― agrega Bruce.

― Quiero encontrar al metahumano perfecto, aquel que pueda soportar las modificaciones necesarias para implantar más de una habilidad ― sonríe mientras se encamina de regreso al vehículo ― Formar un MetaDios… ― voltea a verlos ― Por el momento, tienen otra misión que llevar a cabo y recuerden poner todo de sí; esto solo es un entrenamiento para lo que realmente quiero que hagan.

― Pero, no existe un metahumano en la Tierra que porte más de dos habilidades ― añade Valkiria elevando una ceja confundida, lo que la mujer dice suena a algo muy descabellado.

― Hay algunos afortunados con tres habilidades y eso requiere demasiado de sus cuerpos por lo que sus vidas no son muy prolongadas ― Bruce las observa tratando de imaginar las cosas.

― Ya veremos. ― sonríe la mujer.

Legazpi, provincia de Albay, Filipinas.

Caín se ha mantenido en contacto con sus amigos Santiago y Kostya, al parecer ha habido una serie de persecuciones y asesinatos en varios países centroamericanos y uno que otro aleatorio en Europa, no parecen estar conectados ni tener un patrón que pueda señalar a un solo ejecutor pero los instintos del muchacho dicen que hay algo más en esto y que si no se percata cuanto antes terminarán en un serio problema.

― ¿Alguna noticia? ― Liesse se acerca a él interesada.

― Ninguna en especial, varios asesinatos, desapariciones pero la prensa no ha dicho algo sobre que estén relacionados debido a que todos han ocurrido en países latinos ― suspira cansado, lleva toda la noche leyendo artículos periodísticos de diferentes fuentes.

― ¿Pero? ― eleva una ceja la rubia

― Parece que todos los desaparecidos o muertos tienen algo en común ― abre los ojos sorprendido.

― ¿Qué es? ¿Qué ocurre? ― la chica toma asiento.

― Algunas de estas personas… las conozco… ― susurra lo último, comienza a pasar las fotografías de los desaparecidos, muchos son jóvenes y niños ― Son metahumanos Liesse.

― No puede ser ― niega observando, comienza a pasar fotografía por fotografía pues recuerda a la perfección a todos los interesados en ingresar a Svalbard cuando lo fundaron y muchos de ellos ahora están volviéndose invisibles, literalmente. ― Reconozco a la mayoría, cuando Ciudad Emma estaba en pie teníamos muchos refugiados de Latinoamérica que buscaban vivir allí, el cupo era demasiado y los papeles de la mayoría no estaban en regla pero en cuanto podíamos los ingresábamos como ciudadanos de Svalbard.

― ¿Cómo puedes recordar tantos rostros? ― el ruso la ve casi asustado.

― Puedo hacer muchas cosas Caín, mi mente no tiene límites por lo visto ― ríe ― Pero tampoco soy una superpotencia.

― Ajá ― sonríe de lado. ― ¿Qué haremos con esta información?

― Tengo la sensación de que tiene que ver con mis sueños, algo malo está comenzando y no queremos verlo, tengo que decirle a Misael y los demás. ― suspira poniéndose de pie.

― Entonces te ayudo, descargaré estos datos a un pendrive y haremos esto durante la cena; estaremos todos presentes, no tendrás una mejor oportunidad que esta. ― comienza a trabajar.

La alemana asiente seria, su compañero tiene toda la razón y está dispuesta a hacer lo necesario para que sus amigos escuchen lo que tiene que decir, ya no puede seguir negando que sus sueños son algo más que simples manifestaciones de un cerebro hiperactivo y que tal vez, esté viendo los pensamientos de alguien más –ya que ella no es capaz de ver el futuro-.