Capitulo Uno

1434 Words
Legazpi, provincia de Albay, Filipinas.   Legazpi es una ciudad filipina y la cabecera de la provincia de Albay, en la isla de Luzón. También es el centro regional de Bicolandia y se le apoda la "Ciudad Reina de Luzón del Sur." Se sitúa en el centro geográfico de la península, entre las dos provincias insulares de Catanduanes y Masbate. Legazpi tiene la ventaja estratégica de ser un foco comercial, institucional y de transporte. En la ciudad se encuentra la estación término de la línea principal sureña de Philippine National Railways la cual fue totalmente modernizada cuando el presidente Lynn asumió su segundo y último mandato. También tiene un puerto con gran actividad exportadora, hermosas vistas y la posibilidad a sus ciudadanos de tener sus propias viviendas cerca del mismo. Misael y Liesse viven a tan solo pasos del puerto, ambos se separaron un poco del grupo cuando sus miembros –a excepción de Darel y Jamie- acordaron vivir en el mismo edificio y el joven Petrov no pudo resistir la idea de llevar a su prometida –sí, ambos se comprometieron pero no fijaron fecha aún para casarse pues tenían otros asuntos que arreglar antes- a su propio hogar. La rubia se mueve de un lado a otro en la cama, resopla y se queja en voz baja y perdida en sueños y pesadillas, de un brinco se incorpora en la cama y agitada quita el cabello de su rostro; cierra los ojos con fuerza, lleva noches de la misma manera y ya no aguanta el insomnio.   ― Liesse, ¿Todo en orden? ― Misael se acerca a ella preocupado ― ¿De nuevo no puedes dormir?   ― No ― responde ― ¿Sabes que te quiero, verdad?   ― Sí ― sonríe.   ― ¿Y que pase lo que pase eso no cambiará? ― vuelve a preguntar con los ojos cubriéndose de lágrimas.   ― Liesse, me asustas, ¿Qué sucede? ― la toma en sus brazos con fuerza ― ¿Qué viste? ― vuelve a verla a los ojos con el ceño fruncido.   ― No lo sé ― se aferra a él sollozando ― Pero no es bueno Misael, no es bueno.   El grupo metahumano ha permanecido en Filipinas desde el cataclismo de las nano maquinas, el país se convirtió en unos de los primeros embajadores de vida metahumana recibiendo a estos provenientes de todo el mundo, todas las nacionalidades bienvenidas y sin ningún tipo de tapujo contra ellos. El presidente Lynn fue re- electo nuevamente en su mandato pero sabiendo que llegaría a su fin en algún momento comenzó a preparar a Luke para poder –en caso de ser elegido por el pueblo mediante los votos- desempeñar su papel de presidente de Filipinas, haciendo esto todo un acontecimiento en caso de que sucediese ya que sería el primer presidente metahumano en la tierra.   Para Darel y Jamie las cosas salieron mejor de lo que esperaban y tras un año del nacimiento de su hija decidieron vivir cerca de las costas de Filipinas siendo visitados con frecuencia por todos los amigos que obtuvieron a lo largo de la lucha por su libertad, Francis y Amelia formalizaron su relación apenas hace unos cuatro meses durante la celebración del cumpleaños de Misael donde el muchacho se embriagó tanto que canto una empalagosa canción sobre una mesa de un bar pidiéndole al fin poder ser su novio oficialmente; demás está decir que Carlos grabó el episodio y suele usarlo a su favor para molestar y/o extorsionar a su francés amigo.  Luke y Rebekka han seguido mucho los pasos políticos y militares de Lynn y Petrov para poder estar atentos y al tanto de todos los cambios que se dan en el mundo pues si bien han obtenido paz siempre hay alguien que intenta quebrantarla.   ― Feeeliz, feeeliz cumpleaños a mí, ¡A mí! ― canturrea el mexicano por los pasillos del edificio ― ¡Hoy comeré pastel y regalos obtendré, si no me los traen un  coñazo les daré!   ― Carlos, con un demonio, son las seis y media de la mañana, ¡Cállate! ― grita Víctor saliendo de su habitación.   ― Wey, es mi cumpleaños, deja de dormir en un día tan importante como este ― masculla repartiendo globos de colores.   ― ¿No podías esperar a que terminará de amanecer al menos? ― Florencia se acerca a ellos mientras el mexicano coloca un bonete en su cabeza.   ― Ni de mamado, piensen, ¿Qué harían ustedes sin mí? ― pregunta sonriendo.   ― Probablemente estaríamos durmiendo felices ― responde Maribelle entre risas.   ― Lástima, te hubieras casado con Misael y tendrías una mansión como la que tiene Liss ― agrega Carlos lanzando guirnaldas a las habitaciones.   ― Ellos no están casados  ― agrega Caín saliendo de su cuarto con el cabello revuelto.   ― Mierda, ¿Qué carajos te pasó? Parece que te peleaste con una tostadora dentro de la bañera y te electrocutó ― se carcajea el muchacho.   ― Ahora entiendo porque no te soporta tu novia que te deja salir a estas horas a torturarnos a nosotros ― rueda los ojos Miguel asomando su cabeza.   ― Putos, levántense de una buena vez, Liesse nos espera y preparó mi pastel favorito ― voltea el mexicano yéndose por el pasillo ― ¡Y no olviden mis regalos!   ― Tengo una granada ― susurra Víctor a Florencia mientras la chica ríe por lo bajo.   Susan y Clara juegan sobre el sofá con la pequeña Daia mientras su madre y Darel platican con Misael en el gran salón preparando todo lo que es necesario para la celebración del cumpleaños de Carlos, si bien este se ha comportado totalmente irritante durante la semana por ello todos entienden que es por no haberlo celebrado nunca antes y es que las condiciones del muchacho en su vida adolescente era tan precaria sentimentalmente hablando como la de todos, por ello, cada celebración es un acontecimiento para todos ellos.   ― ¿Dónde está Liesse? ― la pelinegra pregunta mientras observa encantada a su hija reír por las monadas que sus tías hacen.   ― No tarda, estaba cambiándose ― responde el ruso ― Jamie, Liss ha estado algo extraña últimamente.   ― ¿De qué hablas? ― se acerca a él.   ― Últimamente tiene sueños extraños, no puede dormir o incluso a veces balbucea cosas sin sentido ― responde el chico preocupado.   ― Que mal, tal vez es un sobrecalentamiento de su mente, sabes que un telépata recibe muchas cosas de manera involuntaria ― explica no muy convencida.   ― Creo que algo malo va a suceder ― el ruso la observa serio y preocupado.   ― Esperemos que no, hemos peleado demasiado estos años, creo que merecemos un poco de paz ― suspira ― Misael, yo tengo una hija ahora y no dudaré en hacerme a un lado si hay que pelear; ella es mi prioridad.   ― Entiendo ― asiente sabiendo que las decisiones de Jamie no suelen revertirse.   Todos se reúnen en el salón, Liesse llega a tiempo para sacar el enorme pastel que ha preparado para el mexicano –sí, la rubia suele consentirlo demasiado y es que el muchacho tiene buenos métodos de persuasión-, los ojos de Carlos brillan cual niño que ha visto por primera vez regalos de cumpleaños; el muchacho se mantiene sentado en el extremo de la mesa mientras todos lo rodean y aplauden, gritan y molestan en más de una forma al festejado, Luke es quien rebanará las porciones y ya hay una pelea –entre Miguel y Carlos- por la primer porción.   ― Feliz cumpleaños amor ― Micaela besa su mejillas con cariño ― Espero que lo pases de maravilla hoy.   ― ¿Bromeas? ¡Mira este pastel! ― exclama contento ― Es el mejor cumpleaños de todos.   ― Y eso que no has visto los regalos ― añade Florencia.   ― Lo mejor para el final ― guiña un ojo el chico.   ― ¿Qué sucede? ― Caín se acerca a Liesse.   ― Nada, ¿Quieres pastel? ― pregunta la rubia ofreciéndole la porción del mismo.   ― Quiero que me contestes ― suelta serio ― No te ves bien, ¿Estas enferma? ¿Lo que Misael dice es cierto? ¿Has visto algo en tus sueños?   Los ojos de Liesse se abren por la sorpresa y se dirigen a la espalda del ruso el cual platica a gusto con sus amigos sin notar la mirada asesina que la chica le manda y es que si pudiera hacer daño una mirada Misael ya estaría en camino al hospital.   ― No es nada, he tenido sueños raros, solo eso ― niega suspirando ― Soy consciente de que no veo el futuro pero puedo escuchar pensamientos horribles, agresivos, me hace sentir tan mal… Estoy segura de que estamos en peligro.   ― ¿Nosotros? ― ladea la cabeza pensativo.   ― Los metahumanos ― responde seria.   ― Bueno, estaré atento a las noticias y me pondré en contacto con mis amigos en otros países; si sucede algo, lo sabremos Liesse. Cálmate. ― responde sonriéndole y volviendo a la fiesta.   ― Espero que tengas razón Caín ― suspira bebiendo su jugo.  
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