CAPÍTULO IV-2

1936 Words

No supo, después, si él la había rodeado con sus brazos o si ella se estrechó contra él. Sólo recordaba que ella había dejado caer la cabeza sobre su hombro y que, lo había mirado, incitantes los labios. Cuando la besó, no le pareció real. Era como si una de las diosas pintadas por Verrio hubiera bajado del techo. No fue sino hasta mucho después que comprendió con furia que había sido atontado, inmovilizado, hipnotizado como un conejito en poder de una serpiente. Ella le había hablado de su soledad, de su desventura, y trató de hacerle ver que su matrimonio había sido un error. Pero Richard llegaría a saber después que el marqués había sido tan fácilmente cautivado como él, por una mujer que sólo deseaba dinero y una posición en el mundo social. Era típico de Patricia, sin embargo, d

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