Después de terminar las clases en la universidad, un buen compañero se ofreció a llevarme, era un poco tarde así que no le desprecié sus buenas intenciones.
Al rededor de las siete de la noche estábamos en casa, le invité a tomar una taza de té, solo por cortesía, en realidad esperaba que se negara aceptarlo pero no fue así.
—Tienes una casa muy bonita Darcy— Dijo Roberts Scott mientras miraba observaba a su al rededor.
—¡Gracias! He tratado de mantener este lugar con la mejor vida posible— Le respondí mientras le entregaba su taza de café.
Antes de que Roberts pudiera responder, llegó Elena, como siempre con su buen ánimo habitual.
—Buenas noches— Dijo Elena tan pronto vio que había visita.
—Buenas noches, tú debes de ser Elena, me han hablado maravillas de ti— Respondió Roberts mientras le extendía la mano para saludarle.
—¡Muchas gracias! Soy difícil de olvidar, jaja— Respondió Elena con alegría.
—Ella es mi mejor amiga, en realidad es como mi
Hermana— Le respondí mientras la abrazaba.
—¿Roberts estás interesado en mi amiga Darcy?— Preguntó Elena sin ningún tipo de pena.
—¡Así es! Estoy perdidamente enamorado de Darcy, espero que algún día pueda corresponderme— Respondió Roberts con una sonrisa pícara.
—Roberts creo que es mejor que te retires por favor y discúlpame, estoy cansada— Le respondí a Roberts con mucha amabilidad.
—¡Está bien! No fue mi intención incomodarte, quizás debí de haber esperado otro momento para confesar mis sentimientos hacia ti— Respondió Roberts mientras estaba frente a la puerta.
—No te preocupes, gracias por traerme, que descanses— Le respondí estas palabras y seguido de eso cerré la puerta prácticamente en su cara.
—¿Elena como haces ese tipo de preguntas?— Le pregunté con sorpresa.
—Es que se le nota que está enamorado de ti, se nota que no puede dejar de mirarte y sus ojos gritaban que te ama.
—¡Eres una tonta Elena! No vuelvas a hacer eso, me pones en aprietos.
—Ya esta bien, no volverá a pasar pero de que ese Roberts está enamorado de ti, lo está.
—Cambiando de tema, mañana estamos invitadas a una fiesta de un buen empleado de la oficina.
—¿Cuéntame más? ¿Es guapo?— Preguntó Elena con mucha emoción.
—Simplemente me invitó y me pidió que llevara a alguien, así que ese alguien eres tú.
—Me encara ser como tú hermana, no me dijiste si es guapo.
—Bueno creo que lo es, esta creo que ya en los cuarenta pero se mantiene en un muy buen estado.
—Me gustan mayores, así que por eso no te preocupes, jaja.
—Voy a dormir, vete a descansar— Le respondí mientras me levantaba del mueble.
Al día siguiente.
Hoy es Domingo, me he levantado muy temprano Para ir a visitar a mi padre antes de ser ser trasladado al hospital de la próxima ciudad.
—Buenos días padre, hoy serás trasladado a un nuevo hospital, espero que puedan ayudarte— Dije mientras le besaba su frente.
—¡Hija querida! Que gusto verte— Me respondió él con voz ronca, a veces se le dificultaba hablar claro.
—Padre estarás mejor ahora, estoy feliz porque tengo la esperanza de que pronto dejarás el hospital.
—¿Como conseguiste el dinero? Seguro es muy costoso.
—Por eso no te preocupes padre, estuve juntando dinero para poder trasladarte.
—Gracias hermosa, soy muy afortunado de tenerte como hija, deseo verte pronto.
—Te visitaré pronto padre, lo prometo— Le respondí mientras trataba de agusánate las lágrimas.
Una hora después, llevaron a mi padre a la ambulancia que lo trasladaría, me quedé observado solo a unos metros de él, me sentí triste y a la vez feliz, ahora él tendría un mejor cuidado pero lo extrañaría.
Llegada la noche, Elena y yo nos arreglamos para ir a la fiesta de Martin, estábamos listas, así que sin hacerlo esperar, nos fuimos…
Al rededor de las ocho de la noche llegamos al departamento de Martin, tocamos la puerta y justamente el cumpleañero fue quien nos abrió.
—Buenas noches Martin, feliz cumpleaños— Le dije mientras lo abrazaba y entregaba un obsequio.
—¡Muchas gracias! Lo que más me gustan de los cumpleaños son los obsequios, jaja— Respondió riendo a carcajadas.
—Te presento a Elena, ella es mi mejor amiga, es como mi hermana.
—Mucho gusto Elena, es un placer conocerte, eres muy hermosa— Respondió Martin mientras le extendía la mano a Elena.
—Mucho gusto, feliz cumpleaños— Respondió Elena flechada mientras le extendía la mano para saludarle.
—¿Que edad tienes?— Preguntó Martin.
—La edad que tú desees— Respondió Elena.
Martin le ofreció su brazo a Elena, y juntos fueron a la barra de bebida, yo decidí caminar un poco para buscar un lugar y tomar asiento, pero de repente alguien tapó mis ojos.
—Jamás pensé en contráete aquí— Dijo Roberts al revelar su identidad.
—Roberts no pensé encontrarse aquí, ¿Como estás?— Le respondí con nervios.
—Yo tampoco lo esperaba, Martin es mi hermano mayor, así que no podía perderme la fiesta de su cumpleaños número cuarenta— Respondió Roberts mientras me entregaba una copa de vino.
—Es bueno tener una cara conocida— Le respondí mientras tomábamos asiento.
Mientras reía con Roberts, mis ojos chocaron con los de mi jefe, él tenía su mirada clavada en mi, los nervios no se hacían esperar.
De repente vi que Andrew se movió de lugar, seguro de eso un mozo se acercó a mi oído y me dio una indicación me
—Discúlpame Roberts, regreso en breve— Le dije mientras me levantaba del asiento.
Caminé por un pasillo desconocido, estaba un poco asustada, no se por que mi jefe me había mandado a llamar.