Andrew Sandler se encuentra recorriendo cada detalle de mi cuerpo, a pesar de sentirme cómoda con lo que él hace, me siento a la vez distraída, esto era algo nuevo para mi, tan nuevo que no sabía cómo debía de satisfacerlo.
Sentir su saliva me hace estremecer, sentir como sus limpias manos tocan mi piel, me hace gemir en silencio, Es mi primera vez y jamás lo imaginé así, lo juro.
Siento como el corazón se me acelera, lo único que suena en esa habitación es el ruido de los besos de Andrew.
—Esto quizás te dolerá un poco— Dijo Andrew.
Al principio no entendía pero unos segundos después lo pide entender, y efectivamente sentí un leve dolor que fue pasando en el transcurso de los minutos.
Andrew entró muy dentro de mi, nuestros cuerpos sudaban, y el placer nos inundaba, en mi mente solo pasaba un pensamiento, ¿Como puede gustarme?
Después de una hora y media, Andrew levantó su cuerpo del mío, sin decir ni una sola palabra entró a ducharse.
Unos veinte minutos después Andrew salió del baño, me sentía avergonzada, así que me hice la dormida, no quería mirarlo a los ojos, por un momento sentía como mi cuerpo fue vendido.
Al día siguiente me levanté muy temprano, estaba, sin hacer mucho ruido salí del departamento, para mi sorpresa el chofer de Andrew estaba parque así, tan rápido como me vio abrió la puerta y sin decir más que ‘Buenos días’ entré al vehículo.
Treinta minutos después estaba en mi casa, entré corriendo, como si estuvieran persiguiéndome, pero claro lo único que me perseguía era mi consciencia.
—Darcy no te esperaba tan temprano— Dijo Elena desde la cocina.
—Amiga tan rápido salió el sol, me dije a mi misma que debía salir corriendo— Respondí un poco agitada.
—Ven siéntate a la mesa y toma una taza de café, cuéntemelo todo.
—No hay nada que contar, sabes muy bien lo que hice, y no pienso hablar de eso contigo, me avergüenza— Le respondí con nervios mientras trataba de llevarme la taza del café a la boca.
—Está bien amiga pero no te alteres por favor, te dejaré ahora, debo de irme a trabajar, mi jefe es un hombre que vive siempre de mal humor— Respondió Elena mientras me daba un abrazo.
Después de Elena irse, subí a mi habitación, tomé una ducha, y después de eso fui directo a la oficina de mi gobernador.
Al rededor de las 8 de la mañana llegué a la oficina, no sabía cómo enfrentar a mi jefe, cómo mirarlo después de lo de anoche.
—Buenos días señor— Dije tan pronto entré a la oficina de Andrew.
—Buenos días Darcy— Respondió Andrew desde su computador.
—Estaré en mi escritorio si me necesita— Fueron las únicas palabras que pude decirle antes de salir corriendo de la oficina.
Tan rápido como tomé asiento, llegó Martin, siempre de buen humor, todo el tiempo era sonriendo y haciendo chistes desde que entraba, tan solo levantó la mano para decirme adiós e ingresar a la oficina de nuestro Gobernador.
—Buenos días amigo mío— Dijo Martin tan pronto entró a la oficina.
—Buenos días Martin, ¿Como estás?— Preguntó Andrew mientras observaba su computador.
—Cuéntame Playboy, ¿Cuéntame fue con tu secretaria?— Preguntó Martin mientras tomaba asiento.
—Un caballero no tiene memoria, no lo olvides.
—Sospeché que lo dirías, pero me dio curiosidad, aunque aún no entiendo.
—¿Que no entiendes?— Preguntó Andrew mientras le prestaba atención.
—De tantas mujeres qué hay, ¿Por que ella? ¿Por qué tu secretaria?— Preguntó Martin confuso.
—Nunca estoy con cualquier mujer, ademas es una persona muy discreta.
—¡Discreta y bella! Espero que eso no te juegue en contra, pronto te vas a casar y tendrás que verle la cara todos los días.
—Este acuerdo es hasta el día que me casé, nada de eso tiene que jugarme en contra.
—¡Si tu lo dices! Pero por favor no la lastimes.
—¿Te interesa esa mujer?.
—¡Para nada! Me cae bien como persona, jamás miraría a una mujer que miraste, es un código de amigos.
—Estamos de acuerdo en eso— Respondió Andrew mientras retomaba lo que hacía en su computador.
—Bueno me voy a mi oficina, recuerda que mañana es domingo, es mi fiesta de cumpleaños, espero que asistas— Le respondió Martin mientras se levantaba del asiento.
—Ahí estaré puntual— Respondió Andrew.
En la oficina del gobernador se trabaja los sábados hasta el medio día, así que agradecí que el día fuera un poco corto, ni tendría que estar viendo tanto a mi jefe, aún no superaba lo que había pasado la noche anterior.
Llegado el medio día, me dirigí a la oficina de mi gobernador, solo para decirle que ya me iba a descansar.
—Disculpe que le interrumpa señor, ya me voy— Dije mientras tenía la mitad de mi cuerpo dentro de la oficina y la otra mitad fuera.
—Que tenga un buen fin de semana Darcy— Respondió sin levantar la mirada de su computador.
Salí muy apresuradamente de la oficina, tenía que ir a la universidad a tomar mis clases correspondiente, ya estaba en términos de la carrera de Economía.
Al rededor de las 1 de la tarde llegué a la universidad, estaba un poco retrasada, pero pude llegar a mi clase.
Durante toda la tarde estuve en la universidad, trataba de concentrarme pero eso era casi imposible, en realidad estaba muy ansiosa por lo sucedido con mi jefe, sabía que debía olvidarlo, que esto pasaría por algún tiempo, así que solo me quedaba acostumbrarme.
En casa de Andrew.
—Hola madre— Dijo Andrew al llegar a casa y toparse Justo en ese momento con su madre.
—Hijo haz llegado muy tarde hoy— Le respondió Rosa su madre.
—A veces es mejor estar en la oficina que aquí— Respondió Andrew a su madre sin ningún remordimiento.
Andrew no esperó respuesta , solo subió la escalera sin mirar atrás, se notaba muy cansado.