Caminamos a un restaurante y ella pidió cosas sencillas, mientras yo pedí solo una ensalada. Ya he intentado alimentarme con otra cosa que no sea carne humana, pero mi cuerpo la rechaza, así que pedir algo más no funcionará. “¿Qué eran las cajas que estaban en tu oficina?”... “¿Rogelio dijo que ese hombre fue a buscarte?” “¿Hablas de tu padre?” “No creo que se merezca el título de padre”, dijo ella bajando el tenedor sobre su plato. “Rachel…” “Lo odio, Damian, él me lastimó mucho, y quizá plantó inseguridades en mí que no creo poder borrar nunca”. “¿Y eso com…?” No debería preguntar estupideces; ella no es una paciente cualquiera. “La vida siempre te pone cosas traumáticas de frente, en mi caso no hubo muchas ya que nací traumada con la vida, pero creo que tú no lo merecías”, dije.