★ Damián Me siento como si intentara dejar de ser un maldito idiota por una vez en la vida, y fallar miserablemente. Pero mientras observo a la mujer que está sobre mi escritorio, una sonrisa se forma, disfrazada en mis labios. Es demasiado fácil estar con ella. Ser una buena persona cuando tienes enfrente a alguien que parece un ángel se siente casi natural. Pero no estoy seguro de si eso es lo que quiero para mi vida. No sé si ella será suficiente para mí. Porque, al final del día, no soy un humano normal. Soy un demonio, vestido de uno. Terminé el último bocado del almuerzo. Estaba bueno, pero el sabor del coño de Rachel era mejor. —Ya vuelvo —le dije, y ella asintió, con una indiferencia casi familiar. No puede verse, pero yo sí la veo. Esa camisa que apenas cubre algo, su cab