Ignoro todas mis clases y me voy al lugar de siempre donde sé que puedo estar sola, y sin nadie que me moleste, mientras me pongo a leer uno de mis libros que me regaló mi padre porque le mamé esa cosa que tiene entre las piernas. Son muy contadas las cosas que tengo en braille y este libro es uno de ellos. Comencé a leerlo hasta que sentí que alguien me lo quitó de las manos. - ¿Así que aquí es donde se esconde la dulce conejita? - dijo Hugo. - Hugo, por favor devuélveme el libro - dije buscando con mis manos el bastón para poder ponerme en pie. Estiré mis manos hacia donde venía la voz, pero él solo comenzó a reír. - Conejita, no estoy ahí, estoy justo aquí - sentí su respiración cerca de mi oído y eso solo me revolvió el estómago. - Hugo, por favor dame mi libro - dije, pero él con