Mi corazón latía aceleradamente, quería gritar y exigir una explicación, pero mantuve la calma, tenía la pequeña esperanza de que todo fuera un simple mal entendido, así que, salude con una amplia sonrisa a los recién llegados, esperaba que pudiera seguir fingiendo total colma hasta el final, sea cual sea el desenlace, me dije a mi misma que mi dignidad valía más que cualquier cosa. _ Hola. ¿Cuánto tiempo sin vernos? Saludo Daniela, tan agradable como el día en que la conocí. _ Sí, ha pasado un tiempo. Respondí. _ Qué bueno que llegaste. Aquí está el proyecto con los nuevos arreglos que el Sr. Conti solicito. Tomás extendió la carpeta roja en dirección de Matías. _ Debiste descansar. Matías tomo la carpeta y su mirada se alternó entre su hermano y yo. _ ¿Vinieron juntos?