Todos regresaron a sus puestos de trabajo, por mi parte seguí al rey demonio hasta su oficina porque necesitaba hablar con él, además él también parecía bastante interesado por preguntarme algo. En el interior de la oficina, estaba el padre de Matías y Tomás, el Sr. Teodoro Kaiser, quien al verme saludo emotivamente levantándose de su asiento, me brindo un fuerte abrazo y un beso en la mejilla, era extraño que él se emocionara más que mi propio padre, aunque no siempre fue así, pero eso es algo que les contaré después. _ Mi linda estrella, tan resplandeciente como siempre. _ Tío. Así es como siempre me dirigí al Sr. Kaiser. _ Eridanus no es una estrella, es una constelación. _ No importa, es lo mismo. Contesto tan alegre como siempre. _ Te ves bien. ¿Cómo está la t