April No podía mentir y aunque lo hiciera, lo sabría. Lo había sentido, no importaba lo que él dijera, yo había sentido como su cuerpo reaccionó al mío. Lo sentí duro contra mi culo. — Soy hombre gatita, por lo general los hombres tenemos erecciones cuando ponemos nuestro cuerpo en contacto con el de una mujer —subió sus hombros —siempre y cuando nos gusten las mujeres, claro —ladeé mi rostro —Puede ser que no te gusten y no va a pasar nada. Estaba tratando de ganar esta pelea y no lo iba a dejar. Me incliné hacia adelante y mis labios rozaron los suyos con cuidado, su cuerpo se mantuvo relajado, quieto, no se movió. — Si querías que te besara, solo tenías que pedirlo gatita. Me volví a sentar y lo miré. Podía sentir como su erección iba asomando y presionando contra mi centro c