Cirdán no pudo negar que le sorprendió bastante la forma como Liara reaccionó, ocasionando que al final ella misma fue la que decidiera marcharse, sin embargo, el rey elfo sentía una pizca de culpa en lo mas profundo de su ser, porque si se ponía a pensar con detenimiento, podía asegurar que la humana no tenía conocimiento de que existieran otras especies además de los elfos, ogros, y humanos, entonces, de ser así ¿Cómo ella iba a pensar que él no era un elfo? Cuando el rey comprendió que se exaltó por nada, Cirdán estuvo a punto de abrir la puerta y decirle que entrara de nuevo al salón de manuscritos, pero en el instante que estaba por llevar a cabo lo que le dictaban sus pensamientos, decidió no hacerlo. Si le pedía regresar al salón, tendría que pedirle perdón por haberle gritado, y é