En el momento que el rey Cirdán se despertó, Liara tenía tres horas en la cocina, así que el rey que desconocía eso lo primero que pensó fue que alguien se la había llevado en contra de su voluntad y lo más probable es que usaron la voz en él para que no se despertara, ya que no tenía sentido que él tuviera un sueño tan pesado al punto que no se hubiese percatado cuando Liara se marchó. Desde hace mucho él tenía un sueño ligero, siempre estaba atento al peligro y ese habito no se le había quitado ni siquiera cuando regresaba al palacio. Él podía darse cuenta cuando las sirvientas recogían sus platos, pero por primera vez en más de un siglo bajó la guardia. —Esto fue obra de mi primo o mi tío, usaron la voz en mi para llevársela... ya me las van a pagar —murmura Cirdán con mucha molestia,