Algunos de los elfos del culto lloraron amargamente ese día, cuando, de un momento a otro, tuvieron que sacrificar a Liara antes de tiempo. Debido al poder de control de las hadas y su magia superior, todos los elfos del culto fueron enviados en contra de su voluntad al lugar del templo donde se practicaban los sacrificios. Era un lugar elevado en el bosque, donde se encontraba el árbol más antiguo, y debajo había una especie de cama de piedra en la que durante años sacrificaban a las niñas en honor a la deidad del bosque. Sin embargo, en esta ocasión, el ambiente era diferente.
—¿Qué sucede, Lili? —pregunta la niña mirándolos a todos confundida —¿Por qué todos parecen tan tristes? ¡Me voy antes de tiempo con el señor del bosque! ¡Me siento feliz! —exclamó la inocente niña, ya que creía q
