Cuando Aric escuchó la voz del rey dio un saltito del susto, cerrando ese libro porque no se trataba de la diosa Eliane y sin mas lo volvió a colocar en su lugar. —Eh si... Aric me ha estado enseñando sobre la diosa de la fortuna, belleza y... —Liara olvidaba lo último. —Sabiduría... —murmura Aric entre dientes. —¡Sabiduría! —responde Liara con una sonrisa mientras que Cirdán con su eterno rostro serio miraba a la humana seguidamente del encargado de cuidar el salón sagrado que era prácticamente el templo del palacio. —¿Qué libro era ese? ¿el que guardaste con tanta premura cuando me viste? El niño abre sus ojos de par en par tragando saliva. —Yo le pedí que me ampliara mas la historia de Eliane y Lirion —dice con rapidez Liara para no meter en problemas al niño —, en la historia re