El rey Cirdán se encontraba acompañado con el secretario del reino y el canciller. Los dos eran elfos de largas barbas y cabello blanco, debido a su edad, ya se veían ancianos, por lo tanto, el par de elfos sabían más de lo que se podía imaginar. Ellos estaban hablando de varios temas concernientes a la corona, principalmente los asuntos de seguridad que era lo que mas les preocupaban en la ciudad capital de Arvender. —¿Cree que los ogros lleguen a la ciudad capital? Por el momento solo han atacado aldeas humanas y asentamientos de elfos plebeyos, nada que sea importante, sin embargo, la ciudad capital debe ser protegida a toda costa —explica el secretario del reino. —Por el momento los ogros no parecen tener ordenes de atacar la ciudad capital —responde el rey con certeza —de ser así ya