Después de ese incidente, el rey Elfo hizo varias cartas más y al terminar se fue de ese lugar con Liara, en el camino la rubia se pudo dar cuenta que el rey iba caminando mas lento, era evidente que lo hacía para que ella no se agitara, y ese pequeño detalle a Liara le agradó porque hasta ahora él no había tenido ese tipo de consideraciones, puesto que cuando él veía cansada a la muchacha lo que hacía era cargarla, pero en esta ocasión el rey elfo deseó ser más atento. Sin embargo esa “consideración” aunque Liara le agradó, ella la sentía forzada. «Quiere ser amable conmigo porque dijo que hace poco vio mi supuesto poder, porque de lo contrario ni siquiera se hubiese molestado» piensa Liara mirando de reojos al rey, diciéndole: —entonces, rey elfo —Liara carraspea su garganta —dijo que n