La muchacha suspiró con cansancio y se apresuró a comer un poco más, e incluso buscó una de esas servilletas guardando varios pancitos y galletas, porque no sabía cuando sería la ultima vez que iba a volver a comer, se dio cuenta que por lo visto a ese rey elfo no le importaba mucho ingerir alimento, o quizás así era que los de esa especie mantenían esos cuerpos perfectos, pensaba la muchacha que, guardó la mayor cantidad que pudo. —¿A dónde iremos? —¿Has visto alguna vez en tu vida a un ogro, humana? —responde el rey obviando su pregunta, como hacía últimamente. Liara siente un escalofrío recorrer su cuerpo, asintiendo con la cabeza. —Quien no haya visto un ogro es porque quizás no pertenece a este reino, su alteza... El rey Cirdán sonrió pero no era una sonrisa agradable, parecía má