—Muchos elfos creen en ti, señora Liara. Solo que no te lo dirán abiertamente, pero creemos que la diosa sí te ha bendecido —dice Aramis, sacando a Liara de sus pensamientos—. Sin embargo, en quien no creemos es en el rey Cirdán. Las dos maldiciones que tiene sobre sus hombros impiden que la diosa Eliane pueda darles el abrazo de la fortuna. Al final, siempre es culpa del rey... —Comprendo... —dice Liara, sintiéndose molesta, y no necesariamente con Cirdán, aunque se lo merecía por lo que le hizo hace poco, sino por todos esos elfos supersticiosos que tenía a su alrededor—. Por cierto... tengo curiosidad en algo. —¿Qué será, señora Liara? —El rey... —Liara se detiene y carraspea su garganta—. ¿Ha tenido parejas? Es decir, alguna relación romántica. —¿Relación romántica? La verdad, no l