Bueno, no fue historia. Cuando estabamos tan idos de la realidad, solo enfocados en nosotros y el deseo que iba creciendo, comenzó a sonar el timbre. —¿Esperas a alguien? —preguntó sin dejar de besarme. —No... Continuamos y el timbre no dejaba de sonar. —Fred, el timbre está sonando... —Le dije para que me dejase ir. —Bryony, me hiciste mucha falta. Al diablo quien esté afuera. Viendo sus ojos tan lujuriosos y a la vez brillando tiernamente, le sonreí y volvimos a besarnos cuando nos sobresalto el sonido de mi teléfono sonar. —No puede ser... —Murmuro dándome paso para que me levantara. Tomé el teléfono y atendi. Era Joshua... —¿Podrias abrir la puerta? Me siento como un mendigo al que ignoran... —Se quejó sonando más bien malhumorado. —¿Que pasa? Dame un momento y voy