Capitulo 5

1436 Words
Amelia Durante el último mes de visitas a Henry dos veces por semana, la vida s****l de Liam y mía ha mejorado extrañamente y ahora puedo apreciar la suavidad de Liam. No necesito que me follen bruscamente todo el tiempo, y Henry está satisfaciendo esa necesidad. El sexo lento y sensual con Liam vuelve a ser estupendo. El otro cambio es que Liam quiere sexo más a menudo, y no he descubierto por qué. Es casi como si oliera el sexo en mí, a pesar de que me ducho cada vez que vuelvo de casa de Henry. Invariablemente, esas son las noches que quiere sexo. La primera vez le seguí la corriente por culpa, asumiendo que no lo disfrutaría. Ya me había corrido súper fuerte antes con Henry, así que el segundo orgasmo potente del día me dejó sin habla durante unos minutos. Mientras estaba allí jadeando y sin poder hablar, miré a Liam y la expresión de suficiencia en su cara lo decía todo. Estaba muy satisfecho de sí mismo. Cuando volvió a acercarse a mí unos días más tarde, le seguí con impaciencia al dormitorio. No soy de las que rechazan los orgasmos múltiples, aunque estén separados por varias horas. Lo que nos lleva a hoy, otro sábado por la mañana en el que nos despertamos, él recibe su mamada semanal y ahora me prepara el desayuno. Los últimos fines de semana me ha hecho un desayuno especial y anoche, de camino a casa desde el trabajo, paró en la tienda a comprar provisiones y me dijo que era para darme una sorpresa. Me obliga a sentarme en la silla de espaldas a la cocina y no me deja girarme para mirar. El olor a tocino me hace rugir el estómago, lo que me indica que el desayuno va a ser delicioso. No me importa qué más sirva, el tocino lo elevará a increíble. Me burlo un poco de él. —Sé que estás haciendo tocino, es obvio, no puedes ocultarlo. Liam se ríe antes de responder. —Sí, pero no sabes qué más. —¿Acaso importa? Déjame mirar. Sabes que me encanta verte cocinar con tu delantal de tocino. Hace varios años le regalé un delantal de broma por Navidad, junto con otros regalos más bonitos. Es verde y está decorado con pequeñas tiras de tocino de dibujos animados, y acabó siendo uno de los regalos que más utilizó. Le salvó de muchas dolorosas salpicaduras de grasa en el pecho mientras freía sin camiseta. Solo me contesta con un —ajá—, y yo hago un mohín por un momento antes de darme cuenta de que es inútil, ya que estoy de espaldas a él y no puede verme haciéndome la simpática. Inclino la cabeza hacia un lado e intento mirarle por encima del hombro sin que se dé cuenta. —Amelia—. Su tono bajo y dominante me detiene. —¡Bien! Sólo tengo curiosidad. Vuelve su tono bromista. —Nena, siéntate ahí y sé una buena chica. Obviamente, mis intentos de ser adorable y descarada no están funcionando, pero su uso de —buena chica— me da un rubor inesperado. Supongo que el entrenamiento de Henry también funciona cuando lo dicen otras personas. Es la primera vez que Liam me llama buena chica desde que empecé mi aventura. Sólo lo hacía cuando se burlaba de mí, y hacía mucho tiempo que la vida no era tan alegre en nuestra casa. Estas últimas semanas he disfrutado de la vuelta de mi alegre marido y de la revitalización de nuestra vida s****l. Cuando me pone delante un plato con huevos a la benedictina y tocino, aplaudo y doy saltitos de vértigo en la silla antes de inclinarme para olerlo con aprecio. —Conoces el camino a mi corazón—. Le sonrío mientras él se sienta con su plato y ambos comemos. Mastico en silencio mientras él parlotea sobre sus planes para el día. Quiere construirme un parterre para otra variedad de rosa que quiero, y habla de dimensiones y otras plantas para poner junto a las rosas. El contraste entre ahora y hace unos meses me golpea. Éste es el hombre del que me enamoré. Tiene ganas de vivir, es hablador y planifica el futuro. No puedo evitar preguntarme si hubiera sido así hace unos meses, ¿le habría dicho que no a Henry? No puedo olvidar todo lo que ha pasado con él. Ha sido una experiencia increíble y he llegado a quererle, pero la doble vida es agotadora. El problema es que no puedo parar con él. Soy tan adicta a él que es patético y si Liam se entera alguna vez, no sé qué haría. Antes de esto, no sabía que era posible para mí amar a dos personas al mismo tiempo, pero amar a los dos de alguna manera hace que lo que estoy haciendo esté bien en mi mente. Puede que al principio me sintiera algo culpable, pero una vez que se desarrollaron sentimientos genuinos con Henry, la continua opresión en mi pecho cada vez que pensaba en lo que estaba haciendo se alivió. ¿Cómo dice el refrán? ¿No puedes elegir a quién amas? No elegí amar a dos hombres, aunque sé que tampoco me protegí contra ello. El principal problema es que entonces no entendía la conexión entre un dominante y un sumiso. Como era nueva en el b**m, nunca había experimentado un vínculo tan fuerte e instantáneo con alguien. No sabía que podía llevar al amor. Henry y yo no nos hemos dicho que nos amamos, y la única vez que intenté decírselo me cortó y me dijo que aún no dijera lo que iba a decir. Me dijo que demasiadas veces las sumisas dicen —te amo—, pero no reconocen la diferencia entre el amor y el vínculo dominante y sumiso debido a las intensas emociones que surgen en el juego. Me gustó que no me dijera que no podía amarle, sino que sólo quería que esperara para estar segura. Ahora estoy segura, pero sigo las órdenes de darle más tiempo. La próxima vez que exprese mis sentimientos, no quiero que mi señor me lo impida. Decir que amas a alguien debería tener el peso adecuado cuando se dice y yo sabré cuándo es el momento adecuado. Pero nada de esto me ayuda con Liam y, como esta mañana, me siento desgarrada por la dualidad de todo. Cuando sople las velas de mi cumpleaños este año, mi deseo va a ser poder quedarme con los dos de alguna manera. *** Liam Necesito sobreponerme a la sensación de ilicitud que siento cada vez que hago el amor con Amelia los días que ha estado con Henry. Me parece sucio excitarme y correrme mientras los veo follar, y luego no poder quitarle las manos de encima esa misma noche. Ser el único que se siente culpable mientras hace el amor con mi esposa adúltera es ridículo. Lo que es aún más ridículo es que su engaño reviviera nuestra relación. La mayor confianza s****l de Amelia es seductora, y tiene un brillo interior que le faltaba desde hace mucho tiempo. Es como el gato que se comió al canario y está contenta y feliz. Me recuerda a la Amelia joven que me atrajo con su risita alegre y contagiosa y sus ojos brillantes. Amelia es introvertida y no tenía ni idea de cuántos chicos estaban interesados en ella, pero yo fui el afortunado con el que congenió. Quiero adorar a esta nueva Amelia y complacerla. Mencionó una variedad de rosa que admiraba por sus pétalos multicolores amarillos y rosas, y mi cerebro empezó inmediatamente a maquinar dónde poner otro parterre. Los últimos sábados también he empezado a prepararle desayunos especiales. Sé que una parte de mí probablemente quiere recordarle lo maravilloso que soy, pero es difícil ignorar esta necesidad de satisfacer todos sus deseos. Hoy le he preparado huevos benedictinos con una guarnición de tocino, y está especialmente adorable cuando me sonríe mientras le hablo de mis planes para el sábado. Casi siempre está callada y en un momento parece ensimismada, y no puedo evitar preguntarme si estará soñando despierta con Henry. Contemplo a Amelia distraída y me duele la cabeza y me late el corazón. Se me humedecen los ojos y se me hace un nudo en la garganta, pero por suerte ella no se da cuenta de nada. Aparto la mirada y parpadeo rápidamente para evitar llorar, y me doy cuenta de que no puedo seguir así mucho más tiempo. Va a tener que tomar una decisión.
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