—Llamen a una ambulancia, esta sangrando bastante —grito alguien.
El sonido de la ambulancia era cada vez más fuerte.
—Señorita, ¿recuerda lo que ha sucedido? —le preguntó un oficial a Amalia.
—Yo... No recuerdo. —Amalia perdió el conocimiento en ese momento.
Al despertar se encontraba en el hospital, un hombre estaba sentado en la silla del acompañante.
—Al fin has despertado.
—¡Santiago! ¿Qué haces aquí? —preguntó Amalia confundida.
—Aun eres mi esposa, mientras los papeles no se procesen aun eres responsabilidad mía.
—¿Esposa?
—No me digas que tu mente te ha comenzado a fallar.
Amalia buscó su celular y era el iPhone 14. Ella se preguntaba si habría sido un sueño, pero parecía tan real.
—Sabes, estuve soñando con la primera vez que nos vimos.
—Te he dicho que no me recuerdes ese día, de no haber presionado para que fueras mi asistente, hubieras perdido tus estudios.
—No, yo recuerdo que estaba agradecida por el trabajo.
—Estas mal de la cabeza, reclamaste que te diera la oportunidad y le dijiste a Rose que si la quería era de ella.
Amalia no sabía que pensar, eso nunca pasó, únicamente pasó en su sueño, ¿pero como es posible que haya cambiado todo el suceso?
—No, no se que ha pasado, pero eso no es así.
—Parece que el golpe te ha afectado la memoria.
—No, yo recuerdo muy bien que el rector me felicito por haber aceptado la oportunidad que me diste.
—Pediré que te den medicamentos, el rector tuvo que amenazarte para que lo tomaras, no se porque estoy discutiendo esto contigo, Amalia, Martín me contó como hiciste el escandalo en el salón, tenias derecho, pero no podias hablar así de Rose.
Amalia solo desvió la mirada.
—Me he tomado la molestia de pedirle a Rose que te venga a visitar.
—No quiero verla.
—Lo harás, aceptaras su visita, no es una opción, ademas de que le pediras disculpas por lo que dijiste de ella en el salón.
—¿Me estas amenazando?
—Si no lo haces te dejare sin nada.
—Hazlo.
Santiago salió de la habitación, minutos despues llegó la enfermera.
—Señorita Amalia, debo de suministrarle médicamente, el señor Torres nos ha indicado que tienes algunos problemas con sus recuerdos.
—¿Ese medicamento hará que recuerde las cosas tal como son?
La enfermera empezó a suministrarle el medicamento en su suero y ella empezó a dormirse.
Cuando despertó no sabía donde estaba, el lugar no era la habitación del hospital.
Revisa su mano y observa que no tiene ningún aparato médico.
Al levantarse observa que estaba usando artículos de un hotel.
—De no ser porque mis hombres te estaban siguiendo, en estos momentos no estarias contando lo sucedido.
Amalia quedó viendo y vio que se trataba de Santiago.
—¿Qué haces aquí?
—Yo he pagado la habitación, le he pedido al personal que te cambie.
—¿Ustes y yo tuvimos? —Haciendo un gesto como si hubieran tenido relaciones.
—Si tal hubiera sido el caso estuvieras desnuda, pero no me aprovecho de las personas que no estan consciente.
En ese momento Amalia entendió que habia regresado al pasado, pero no recordaba en que momento.
Buscó su celular y observó que solo habían transcurrido unas horas desde que habia estado aqui anteriormente.
—¿Poe qué me ha mandado a seguir con sus hombres?
—Porque no permito que alguien me diga que no y ellos se encargarian de hacerte cambiar de opinión, pero resultó que estabas mal, hablaba sobre el divorcio, dime ¿eres casada?
—Si Amalia decía que lo era con él, quizas la mandaria con el psiquiatra.
—No, quizas estaba hablando por alguien más, pero la verdad es que no recuerdo.
Santiago quedó viendo a Amalia, sabía que algo ocultaba y no le quería decir.
—Si es asi como lo dices, ¿por qué acusabas a tu amiga de que era la culpable de tu divorcio conmigo?
—Quizás lo ha interpretado mal, yo nunca me casaria con un hombre como usted —afirmó fuertemente Amalia.
Santiago solo la quedó viendo. Muchas mujeres desearían estar con él, pero ninguna le ha parecido digna, no obstante Amalia se rehusa a trabajar con él y ahora le dice que no es un buen pretendiente.
—Quizas Tomas Rivera sea un buen pretendiente para ti.
Santiago salió de la habitación sin esperar una respuesta de Amalia. Tomas Rivera era alguien que no tenía un buen atractivo, todas las cjicss huyen de él cuando lo ven. Era la peor referencia de un hombre atractivo.
Amalia se levantó rápidamente de la cama y fue en búsqueda de Santiago, pero se encontró con su asistente.
—Señorita Amalia, le he traído algunas prendas para que pueda comenzar a trabajar esta misma tarde.
—Yo no pienso trabajar con ese hombre, tampoco le he pedido de que me consiga ropa, yo soy capaz de conseguir mi propia ropa.
—Este es un traje de negocio de doce mil dolares, le enviaré la factura para que haga el r*******o.
Amalia se sorprendió, nunca espero usar un vestido de más de seiscientos dólares, ahora usar un traje de doce mil dólares estaba fuera de su alcance.
—No voy a pagar por algo que no puedo pagar con facilidad y tampoco algo que no solicite o desee.
—El señor Torres ya ha hecho los tramites para su incorporación, con respecto a su vestimenta, será descontado de su p**o. pero es necesario que lo use, ya que trabajará directamente para el señor Torres.
–Quieren que trabaje con él y todavía me obligará a usar un traje costoso, en ningún caso aceptaré.
—No es una opción, tu familia tiene una deuda significativa conmigo, debes de honrarla —dijo Santiago, quien estaba llegando a la habitación nuevamente, pues su asistente se había demorado demasiado.
—Señor Torres, ¿como puedo asumir una deuda de algo que no sabia y no usé, además, no conozco a mis padres.
—Yo si, la deuda fue adquirida para tener un hijo, mi padre cumplió y luego ellos desaparecieron, pero dejaron la casa en garantía.