El día de ayer cuando el beta de cuarta le había dicho que Anthony estaba al teléfono solo pensó en esconderse, no quería que al ver al pelinegro, sintiera la necesidad de verlo y fuera más difícil soportar su ausencia. Por eso había corrido hacia su nido, el cual había formado desde la primera noche, para ella era perfecto y el exquisito aroma del alfa, la hacía dormir como bebé.
En ese preciso momento se encontraba sirviéndose helado en un pequeño vaso de cristal, Adrián había tenido que ir a la empresa de la Torre a realizar un reporte y ella se había quedado en compañía del bebé que por extraño que pareciera, se estaba empezado a sentir cómoda con su “pancita” como solía decirle el castaño. Esa mañana había iniciado con un mareo que la hizo vomitar todo lo que había cenado la noche an
