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Anthony miraba de manera fija a Ezequiel Florez, la fuerza que ejercía en el mayor era tal que este ya se encontraba completamente rojo y el pelinegro no tenía pensado soltarlo por ningún motivo. El menor de los de la Torre podía percibir cierto aroma alrededor suyo, algo que casi lograba distraerlo, pero iba a soltar a quién le había arrebatado a su familia.
No escuchaba nada.
Estaba centrado en romperle el cuello al alfa que tenía por suegro, esa era su única intención.
De pronto sintió una sed tremenda, el pelinegro llevó su otra mano hacía el cuello del contrario y empezó a ejercer más fuerza, acorralando al señor Florez contra la pared, queriendo hacerlo sufrir, queriendo hacerlo suplicar por su vida, sin darse cuenta de que este ya se encontraba desmayado.
— Anthony, debes
