Capítulo 6

3226 Words
—Oh si, la recuerdo muy bien señorita Connor. Pase, la estare esperando—me indicó , note cierta alegria en su tono de voz, quizas no por verme sino que asi era su modo de ser, siempre habia una sonrisa en su rostro—es el quinto piso, apartamento 15, toque el timbre dos veces, sabre que es usted. —Muy bien señor orson, lo vere en un par de minutos—le anuncié y luego colgué. Suspire tratando de controlar la emoción y los nervios de poder entrar a su casa. Aún recordaba la primera pelicula en donde lo vi por primera vez, él habia intepretado a un villano, uno sexy que se llevo el protagonismo y pudo interpretar a ese personaje varias veces, incluso hizo una serie que se volvio muy popular y gano muchisimas fans. Mi amiga Tracy tambien era una fan suya, incluso mas que yo, si tan solo supiera que estaba a punto de entrar a su departamento y no solo eso que viviria con él seguramente no me creería. Entre en el edificio, era refinado como muchos lugares de Westminster, pero igual lucia antiguo, quizás esa era la magia del lugar. Llame al ascensor, por supuesto tuve que esperar, pero a mi alrededor se sentia una vibra extraña, como si estuvieran observandome. Ya que se suponia que nadie debia ver mi rostro trate de no girar y tratar de averiguar quien me miraba con tanto interes, asi que cuando llego el ascensor entre como si mi vida dependiera de ello. Cuando las puertas se cerraron me senti aliviada, pero aun asi, no debia bajar la guardia, habia una cámara de seguridad que estaba grabando todos mi movimientos y por lo exclusivo que parecia ser ese lugar supuse que no era la única. Pocos segundos después las puertas se abrieron en el ultimo piso, sali inmediatamente y me dirigi al apartamento de Nathaniel siguiendo la numeración de las puertas. El lugar era agradable, me recordaba a las series y peliculas que trataban de reprensentar la vida de la nobleza del reino unido, me senti casi una princesa. Toque el timbre dos veces como me lo habia indicado, di una bocanada de aire para reunir valor y no ceder ante sus encantos, después de todo Alexander me habia presumido como si fuera una profesional o mejor dicho como si a eso me dedicara, fingir y estar con hombres. Me quede sin aliento cuando la puerta se abrio gracias a él, pero al igual que Benedict, me miro de forma extraña, su mirada me escudriño de arriba abajo y luego me dedico una blanca sonrisa como el dia en que nos conocimos. —Adelante—me dijo, pero eso no fue lo único, como buen caballero inglés se apresuro a tomar mi equipaje para que no tuviese que cargar con el ni un segundo más, entonces me adentre algo nerviosa y mire a mi alrededor, tenia que tomar captura de todo como si mi memoria fuera fotográfica. El departamento era amplio, de tonalidades blancas y naranjas o eso me parecio, los cojines de su sala de estar eran de una tonalidad metalica que los hacia resaltar. En medio tenia un televisor de pantalla plana, no como el de Benedict, pero igual debia costar una fortuna, después de todo era uno de los actores más populares de la decada y por como pintaba su carrera, se estimaba que seria igual a Denzel washintong o George Cloney, es decir un nombre inolvidable. Habia un gran ventanal de cristal que daba hacia el balcon desde donde se podia observar parte de la ciudad, tenia una vista agradable. Al fondo se podia ver un pequeño comedor para cuatro que no cambiaba mucho el diseño de colores y luego la cocina integral, todo estaba impecable, debia tener una empleada domestica o algo asi ya que era imposible que un hombre pudiese tener un lugar asi de limpio como este. —Ven, te mostrare tu habitación—me indicó seguirlo, pero al darme cuenta que llevaba entre sus manos el equipaje para la casa de mi otro esposo tuve que detenerme. —Aguarda—expresé, pero cuando me miro senti vergüenza de atreverme a decir tal cosa—ese equipaje es para otra de las casas en las que viviré. Nathaniel observo la maleta y luego alzó levemente la cejas, sonrio y me miro. —Disculpa, debi preguntar primero—expresó casi apenado, pensé que él no tenia porque sentirse asi ya que habia sido mi culpa. Quise decir algo como: “No te preocupes no hay problema” o “Disculpame a mi, fue mi culpa” pero antes de poder decir una frase Nathaniel ya se encaminaba hacia un pasillo largo. Tuve que correr para alcanzarlo, por suerte el piso estaba recubierto de alfombra y mis pasos no fueron sonoros. Mientras caminabamos vi una sala a mi izquierda, aunque mas que eso parecia ser un museo, pero no logre verlo detenidamente ya que Nathaniel se detuvo frente a una puerta y la abrió. —Espero que te guste tu estadía aquí—aludió indicandome entrará. Dudosa ingrese a la habitación, me gustaba la paleta de colores que habia elegido para toda su casa, blanco y naranja, pero este lugar no parecia ser exactamente el departamento de un actor soltero con miles de mujeres tras sus huesos, era más bien el departamento de una pareja. La cama tenía un edredón blanco y las almohadas eran de ese mismo naranja chillante, habia pequeños cuadros de flores o bocetos de paisaje dibujados a mano. En realidad me parecio que todo esto lo habia decorado una mujer con el afan de vivir aquí. —¿Te gusta el color naranja? —quise saber mientras aun observaba el lugar. Inmediatamente lo escuche soltar una carcajada y al girar a verlo lo halle apoyado sobre el marco de la puerta, se veia tan sexi. —No, de hecho es un color que he comenzado a odiar—expresó, pero me sorprendió darme cuenta que al pronunciar aquello su expresión y su humor cambiaron radicalmente—Taylor tuvo la idea de decorar el lugar, no sé que estaba pensando cuando eligio esos colores, necesito hacer un cambio en este lugar ¿No crees? —Quizás—desvie la mirada y observe de nuevo mi habitación—no parece el departamento de un hombre soltero. —Supongo que eso es bueno, se supone que ahora estoy casado ¿No? —su sonrisa volvió e instintivamente hice lo mismo, sonreir ante su broma. Nathaniel parecia ser mucho mas agradable en persona, lo era con sus fans, pero no era lo mismo, parecía ser otra persona, quizás el hombre que conversaba conmigo era el verdadero Nathaniel y no solo el sexi actor que todo el mundo pensaba que era. —Dejare que te instales, si me necesitas estaré en la cocina—manifestó dando media vuelta para volver por donde habiamos venido. Solo entonces me quite las gafas oscuras algo sorprendida de que admitiera ir a ese lugar. ¿Sabia cocinar? Suspire al percatarme que debia apresurarme, aun debia llamar a mi otro esposo y averiguar a que hotel debia pasar por él. Abri la maleta y comencé acomodar la ropa en el mueble vacio frente a la cama, era bonito, pequeño y apto para la ropa de una mujer que no tiene mucho interes en la moda como yo. Acomode algunas de mis pertenencias personales como un par de perfumes que me habia obsequiado mi mamá, un par de cajitas con pendientes y anillos de fantasia y algunos muñequitos de plastico que usaba para decorar el librero de mi habitación, no era mucho, pero ese lugar ya lucia como mi hábitat natural. Cuando termine de acomodar mis cosas senti tristeza por tener que irme tan pronto, Nathaniel parecia ser buena compañia y todo apuntaba a que no me costaria adaptarme a él o su estilo de vida. Guarde la maleta vacia debajo de la cama y posteriormente sali de la habitación para ir a despedirme de Nathaniel, pero en mi camino me tope con esa sala, no queria ser entrometida, pero al final de cuentas en pocos dias viviria ahí, asi que solo heche un vistazo desde el marco de la puerta. En el interior estaban colgados afiches de algunas de sus peliculas, portadas de revistas en donde aparecia y algunas fotografias con varios de sus amigos y colaboradores, vi un estante de premios en donde tambien estaban autógrafos enmarcados, comprendi que aunque él tambien era un actor famoso eso no lo exentaba de admirar a alguien. Después de algunos segundos decidi que debia irme de ahi antes de que Nathaniel se diera cuenta que estaba siendo demasiado confianzuda con sus cosas, segui mi camino hasta asomar mis narices en la cocina y ahi lo encontre con un delantal puesto y las mangas de su camisa dobladas para que no le estorbaran, estaba cocinando. —¿Ya terminaste?—apenas alzó la mirada de lo que preparaba. —Oh si, ya terminé. Solo vine a despedirme, debo irme—expliqué con pesar, queria quedarme un poquito más, pero aun debia ir con el último esposo. —¿Tan pronto?—me parecio escuchar un poco de tristeza en su pregunta. —Si, debo...—dude—ir con el siguiente esposo. Me encogi de hombros, decir eso me hizo sentir extraña, como si todos estuvieramos de acuerdo en tener una relación poligamica, solo que ellos eran parte de mi harem y debian respetar mis reglas. —Oh entiendo, no te preocupes. Seguro nos veremos pronto—juguetee con uno de los botones de mi abrigo nerviosa y algo decepcionada de tener que irme, habia elegido a otro hombre por encima de Nathaniel Orson. —Por supuesto, hasta luego señor Orson—expresé, sin embargo, enseguida recorde que debia darle el contrato que Alexander me habia dado para cada uno—Oh, cierto, olvide darle esto. Volvi hacer uso de mi bolso, lo saquee y tome la carpeta para después sacar su contrato. Me parecio que su expresión cambio un poco cuando lo deje sobre la bara de la cocina. —Lo revisare en cuanto pueda, señorita Connor—aludio volviendo la mirada hacia la comida. —Muy bien señor Orson, entonces nos veremos luego. Di media vuelta con la intención de ir hacia la puerta para recoger mi equipaje y luego salir, pero al tomar la maleta mis dedos chocaron con los de Nathaniel. Mil cosas pasaron por mi mente en ese momento, la suerte que tenia de tocarlo y de estar ahi sola con él, cualquier fans ya lo hubiera secuestrado, desnudado y quizas violado, pero yo en cambio me paralice al tocarlo y por si fuera poco instintivamente aleje mi mano y eleve la vista para tratar de preguntarle porque estaba ahi, a mi lado. Me parecio que al mirarlo su vista y la mia se encontraron, sonreí nerviosamente y lleve un mecho de cabello rojizo detras de mi oido. Él tambien dejo escapar una pequeña risilla, mas no supe si se debia al pequeo encuentro de nuestros dedos o realmente estaba tratando de coquetear conmigo, aunque la ultima opción para mi era imposible,pero aun asi mi cuerpo reacciono como se esparaba, me ruborice. —¿Gustas que te lleve algún lado?—su voz sono seria. Lo mire desconcertada sin comprender exactamente porque deseaba llevarme, mi rubor se elevó—sera extraño que mi esposa salga del edificio con otra maleta ¿No lo crees? —Amm...supongo que si—expresé algo desilusionada. Debia entender que estos hombres con los que pretendía fingir tener una relación únicamente se interesaban en si mismos y en su imagen, con ello me referia a lo que se fuera a decir sobre su esposa. —Espera, nos iremos en un segundo—expreso apartando la mano de la maleta, fue a la cocina y apago la estufa electrica de la que disponia. Luego se quito el delantal y bajo sus mangas, tomo una chaqueta azul que colgaba de una silla y luego se aproximó hacia mi, eso relativamente habia sido muy rápido—¿Nos vamos? Asenti, lo vi tomar unas llaves de una mesita al lado de la puerta, ahi se encontraba un espejo grande en donde se observo por un segundo, se arreglo unos cuantos cabellos rebeldes y posteriormente tomo una gafas de sol con las inútilmente intentaba esconder su rostro, aunque era imposible ocultar un rostro como el suyo, tallado por los mismos ángeles. Abrio la puerta y cuando tome mi maleta él fruncio el ceño. —Por favor dejame ayudarte, mientras seas mi esposa no dejare que tus manos se desgasten con algo tan trivial—me guiño un ojo y mis manos, instintivamente soltaron la melta cuando él la tomó. Deduje que lo que decia era una broma, pero mis sentidos no le encontraron la gracia a su chiste. —Gracias. Ambos caminamos por el pasillo de vuelta al ascensor, al parecer esos hombres tenian un sistema que los conectaba, el cual era salir por el estacionamiento. Nathaniel presiono el botón hacia el ascensor, en el trayecto nos quedamos en silencio porque un hombre entró con nosotros, al parecer tambien bajaba en el mismo piso. Camine detras de él hacia su auto, no sabia exactamente que modelo era, pero era evidente que no solo era elegante, sino muy vistoso. Era de un hermoso color azul que prácticamente decia “Mirame” el mundo me miraria bajar de esa cosa una vez que él se edtacionara. Mientras Nathaniel guardaba mi equipaje observe la majestuosidad de su auto, seguramente valia una fortuna, dinero que seguramente disponia e incluso podia ponerse a quemar si eso queria, debia lloverle trabajo por montón. —Por favor entra—indico abriendome la puerta del auto, la verdad no esperaba que hiciera algo asi, solo me habia quedado parada ahi porque temia tener demasiada confianza. Me introduje al interior, era espacioso y tenia un agradable olor a flores o campo, luego supe que ese aroma provenia de un aromatizante, pero incluso ese perfume era de una marca muy cara, recorde los anuncios publicitarios que pasaban en televisión, anuncios que se encargo de realizar la empresa para la que trabajaba y claro esta su precio era algo exagerado a mi parecer y bien podia comprar una cafetera que esa cosa. Cjando Nathaniel entro trate de no parecer curiosa con su auto, pense que seguramente tendria otra ocasión de verlo asinque únicamente mire por la ventanilla cerrada hasta que salimos del auto. —¿A que dirección te llevo?—me pregunto en cierto momento reduciendo la velocidad, apenas habiamos transitado una calle, pero nos habíamos topado con un semaforo en alto. Rebusque en mi chaqueta y encontre el papelito de las direcciones y números de teléfono. —Al hotel Savoy en la calle Strand, por favor. Nathaniel asintió sin pedir mas explicación, quizas lo conocia o se habia hospedado ahí. Lo unico que sabia de ese lugar es que estaba en una ubicación algo lejos de las dos casa de mis otros dos esposos y lastimosamente ese no era mi destino final, aun debiamos dirigirnos a la casa de Conrand para conocer finalmente a Coraline. El silencio no se hizo esperar mientras Nathaniel conducia y mientras yo pensaba en un tema para romper el hielo, Nathaniel recibio una llamada de su agente o eso me parecio ya que hablaban de un posible trabajo, algunas audiciones para peliculas y una que otra serie de televisión por cable,pero quizas debido a mi presencia Nathaniel no quiso hablar mucho, únicamente explico a su agente que no era un buen momento para hablar ya que iba manejando y estaba en una pista rapida,no obstante yo no vi nada de rápido al mirar por la ventana, estabamos en una zona centrica donde habian muchos semáforos para evitar ir rápido debido a la afluencia de gente, asi que deduje que le estaba mintiendo. Me pregunte si Nathaniel habria consultado su supuesto matrimonio con su agente o simplemente yo era un plan que tuvo que hacer al último momento. Ya que no habia señales de que Nathaniel fuese hablar conmigo una vez mas antes de detenerse, decidi cambiar mi peluca por la negra larga y lacia que le pertenecia a la esposa de Conrad. Guarde a la sexi pelirroja y luego me rotoque el maquillaje, un poco de pintalabios y rubor en las mejillas, aunque extrañamente con el pelo n***o mi piel se apreciaba más blanca. Cuando note que el auto se estacionaba sobre una avenida gire la vista hacia Nathaniel, él miraba desconcertado, pero no de mal modo sino como si algo lo hubiera impresionado. —¿Sucede algo?—quise saber, en ese momento me coloque las gafas de sol. Su auto era vistoso, por lo que la gente comenzaba a notar nuestra presencia. —N-no—balbuceo—es solo que luces diferente. Me ruborice, él me habia observado mientras guardaba a su esposa en mi bolso. —S-si supongo, esa es la idea, creo que funciona—titubee, solo porque él no dejaba de mirarme. —Eso veo , supongo que todo estara bien si dejo mi problema en manos profesionales. —Si, supongo—el rubor se convirtio en rubor de vergüenza, no debia olvidar la linea entre nosotros, algo que parecía recordarme a cada momento—debo irme, nos vemos en unos días. —Claro, espera te dare tu equipaje. Ambos salimos del auto, esta vez no espere a que él me abriera la puerta, era demasiado pedir, ademas ya no estaba personalizando a su esposa la pelirroja sino a la esposa del famoso escritor Conrad Craig. —Aqui tienes—coloco la maleta en el suelo, la tome y luego le sonreí. —Muchas gracias por traerme, te debo una. —No es nada, pero supongo que tendremos que organizarnos para que puedas moverte entre casas sin que nadie note tu cambio radical—sugirio, me parecio que le avergonzaba hablar de ello. —Hablare con Alexander de ello—expresé, tenia razón debia hacer algo con eso de cambiarme de pelucas, en esta primera ocasión ellos me habian hecho el favor de llevarme a mi destino, pero no podria hacer eso en un taxi y mucho menos en transporte público, necesitaba un auto. Lo vi abrir los labios y con ellos crear una abertura, crei que diria algo, pero simplemente no dijo nada. —Nos vemos señorita Connor—dio un paso hacias atrás, entonces hice un ademan con la mano para después alejarme hacia el hotel, no obstante tuve la tentación de voltear y mirarlo, queria saber si él me observaria al menos un segundo mientras caminaba como lo habia hecho en el auto, pero al girar en su dirección descubrí que un pequeño grupo de chicas lo habian interceptado para pedirle un par de fotos o quizas un autógrafo o quizas ambas, después de todo era el famoso actor Nathaniel Orson y si yo hubiera estado en el lugar de aquellas chicas, es decir, sin haber tenido la oportunidad de trabajar para él, habria actuado como ellas. Suspire al ver que las jovenes acaparaban su atención, gire de vuelta y retome mi camino hacia el hotel. 
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